Día 17; Amor.

39 4 9
                                    




6:30am.




Lo primero que escuche al despertar eran los dedos de Ruben golpeando el teclado de su ordenador, rápida y precisamente. Era demasiado temprano, pero no quería dejarlo solo ni un momento, simplemente no podía.







Me levante de la cama y fui directamente a la puerta de la habitación, sin hacer demasiado ruido. Él estaba allí, concentrado, con los ojos entre cerrados, mordiendose el labio inferior, costumbre que tenía cuando algo no iba como él quería.




-¿Café o té?.- dije tratando de no asustarlo.




-Pensé que jamás lo preguntarías.- me contesto riendo. Estaba tan atenta a sus movimientos que no me di cuenta de que él podía verme por el reflejo de la pantalla.




-No queria molestarte.- se levanto de la silla y camino hacia a mi con la sonrisa más bonita con la que podrias encontrarte un lunes en la mañana.





-Té.- dijo dandome un pequeño beso en la frente, sonteniendome de la cintura, sus manos eran cálidas, podía sentir el calor de su cuerpo acercándose al mío.




-Eres demasiado bueno.- susurre para mi misma cuando me alejaba.




Han pasado menos de 6 horas y su estado de ánimo era el de siempre, pacífico. Su sonrisa ganadora de premios y ese peculiar calor que solo el transmitía. Era tan fuerte.




No entendía sus problemas, él tampoco lo hacía, pero estaba segura de querer estar con él cuando lloraba y no solo cuando reía, quería estar con él cuando sintiera que su mundo se desmoronaba, no solo cuando se sentia en la cima de el, queria hacerlo feliz cuando sintiera que nada tenia solución, lo quería, simplemente lo quería.




Sentía su aroma en el aire, cuando me tomaba de la mano sentía como si todo fuera a terminar y solo estariamos él y yo de pie. Su amor era asombroso, se notaba en cada acción que realizaba, era como si solo viviera para los demás y no para él. Era fascinante.




Aún tenía que aprender muchas cosas sobre él, sobre como podía hacer para dar miles de sonrisas a los demás estando roto por dentro, sobre como calentar las manos cuando tienes un infierno helado, como reir sin llorar después, como restaurarte completamente en 4 horas y actuar como si nada hubiese pasado. Vivía con una batalla de emociones en su mente y en su corazón y podía caminar con ello.





Rubén era una de las personas en las que podías confiar, era amable, su voz, sus ojos, su forma de respirar, la forma en la que su risa sonaba, sus manos, el calor de su aliento, era él, me hacía pensar que estaba completa.
Estaba enamorada de él, tenía miedo.
No sabía si él lo estaba de mi, si cuando tocaba mis manos sentía lo mismo que yo, pero estaba bien, porque enamorarse de alguien significa entregarse sin condiciones, sin esperar nada a cambio, ni siquiera el propio amor de la otra persona. Podia vivir con eso, podía ser la chica del lobo si él lo quisiera porque de cualquier manera mi corazón estaría feliz.






-Éstas muy pensativa hoy.- sus dedos se movieron entre mi blusa, sujetándose a mi cintura suavemente, recargo su cuello en mi hombro y deposito un beso en la mejilla.





-Pensaba que nunca hemos tenido una cita.- me giré para mirarlo, me sonrió y continuo.






-¿dónde quieres ir?.-






-No me importa, mientras este contigo.- beso mis labios con ternura, tomando mi rostro en ambas manos mientras pegaba su cuerpo al mío.






-Pensaré en un lugar especial, será nuestro para siempre.- tomó su taza y dio un sorbo con cautela, me miró con extrañeza y rió después.-¿Camila?






-¿he..?.- le respondí aún pensando en lo que me había dicho segundos antes.- Perdón.- dije entendiendo que la causa de su risa era mi expresión facial.






       ////







Apuesto a que nadie me extraño! Pero aún así después de un hiatus increíblemente largo vuelvo con esta mierdisima de capítulo para decirles que actualizaré más. Lo se, suena como las promesas que siempre hago pero ahora va en serio xd. By the way muchas gracias por leer y votar. Los amo

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

30 días con Rubén Doblas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora