Capitulo 12

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-Hola mamá, hola papá.- Saludé en vano a mis padres porque no recibí respuesta cuando entraban a mi casa con caras de desesperación. -¿A qué se debe su inesperada visita?- Se sentaron en la mesa del comedor, les servi una taza de café a cada uno y continue hablando con sarcasmo. -Bueno, me agrada que quieran saber de mí vida. Gracias por venir hasta acá sin avisar, aunque todavía no se de qué se trata esta visita-

-Tenes que casarte con Tomás, si o si- Dijo finalmente mi padre. Lo mire durante un rato, sorprendida. ¿A caso nadie en mi familia entiende que no quiero casarme con él?

-Si hija, tenés que hacerlo el próximo mes- dijo mi madre. -Será suficiente para bajar esos kilos de más que llevas- Observo mi figura. -Tomás tenía razón- Dijo por lo bajo.

-No... No lo entiendo- estaba un poco confundida. -¿Acaso no entendieron la parte en que lo encontré en un hotel con mi supuesta mejor amiga y que ya no lo quiero ver más?-

-Vamos hija, esas cosas pasan. Fue un error, tu padre tuvo otras mujer también pero yo supe entenderlo-

-No me interesa mamá, yo no soy, ni quiero, ser parecida a vos en nada.-

-A ver,- interrumpió mi padre. -necesitamos que te cases con el, es un beneficio para todos-

-¿Todos?-

-La familia Ana, tu hermano va a tener un bebe, necesita seguir trabajando en el estudio del padre de Tomás. Los Scurra invierten dinero en mis campañas y el club para tu madre es muy importante-

-Asi es, la madre de Tomás ya no me habla y la mayoría de las mujeres del club tampoco. Estoy perdiendo influencia y sabes que es muy importante para mí que nos inviten a las fiestas. Y este año me quiero postular para la presidencia del club de mujeres, pero si pierdo influencia no ganaré.-

-Entonces, quieren que desperdicie mi vida con un completo idiota, es decir que olvide mi felicidad por una campaña y la estúpida postulación de mi mamá- Eleve mi voz, me sentía impotente ante los pedidos de mis padres, aunque no sonaban para nada como pedidos.

Mi padre se levantó de su asiento, camino hacia mí y acarició mi rostro. -Tomás tiene millones, nunca te va a faltar nada. ¿Que te hace pensar que vas a ser infeliz?-

-No lo amo, no lo quiero ver, no me interesa nada en absoluto de él- Las lágrimas querían salir de mis ojos pero no lo permití. No iba a mostrarme débil antes aquellas personas que decían ser de mi familia.

-Ana el amor no existe sin dinero- Acoto mi madre mientras encendía un cigarrillo.

-Yo estoy enamorada, se llama Martín y es mi novio.-

-Martin, Martin, Martín....- repitió mi madre mientras pensaba. -¿qué apellido tiene?

-Di Lorenzo-

-Oh, ¿el chico de pinturas Di Lorenzo?- Asentí confundida. -Lo que nos faltaba Alfredo- le dijo a mi padre. -Una hija que no solo es camarera en un estúpido parador, sino que también sale con el hijo del dueño de una pinturería. Dios, ¿Qué hice mal?-

-Ese chico, no te va a hacer feliz es de clase modesta. ¿Estas dispuesta a dejar los lujos y probablemente trabajar toda tu vida como camarera? Estás hecha para hacer mucho más que eso, nosotros te criamos para triunfar en la vida.- Dijo mi padre.

-¿Triunfar? ¿Ser la esposa de un millonario es triunfar para ustedes?- Ambos asintieron. - No lo entiendo, mamá vos conociste a papá cuando repartía diarios por tu cuadra y te enamoraste de él, se casaron luego y papá recién triunfo como político varios años después.-

-No es lo mismo, tu padre tenía ambiciones, soñaba con ser político y salir de este pueblo. Y yo lo ayude, tenía los medios gracias a mi padre.-

Mensajes del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora