Prólogo
“Querido Harry,
Has estado ausente por dos semanas ya, y no lo he estado sobrellevando de la mejor manera posible. Los chicos lo notan, e incluso me han llevado a ver un terapeuta para que me ayude a olvidar… pero no puedo olvidar. Eres lo único en lo que pienso, lo único en lo que puedo pensar. Tu maraña de exquisitos rulos color café, la forma en la que tu sonrisa ilumina toda una habitación como un farol, tus ojos verde esmeralda que amo de sobremanera. Eres imposible de olvidar… pero el hecho es que no quiero olvidarte.
Por supuesto que los chicos están preocupados por mí, inclusive yo lo estoy. Mi terapeuta está preocupada también, y es por ello que me ha dado este diario. Así podré escribir aquí mis más profundos e íntimos pensamientos. Se supone que debo dárselo todas las semanas, y de esa manera ella podrá leerlo; pero se siente extraño al hacerlo. Muchos de mis pensamientos se ven envueltos en ti, en tu persona, así que creo que es por eso que ella quiere leerlo: para asegurarse de que estoy sobrellevando todo esto bien.
Pero para ser honestos, no estoy bien, y estoy completamente consciente de que ella va a leer esto. Pero la verdad tiene que salir a la luz tarde o temprano… ¿no es así? Ella nunca me dijo específicamente sobre qué cosas escribir, y sobre cuáles no. Así que escribo sobre ti, Harry. Espero que no te importe, solo quiero que sepas como estoy llevando adelante toda esta situación.”
