Día Ochenta-Ochenta y uno
Lamento no haberte visitado ayer. Pero Niall, Liam y Zayn parecían tener diferentes planes para mí, arrastrándome a la playa con ellos.
No hace calor todavía, pero ellos parecían creer que sería una buena oportunidad para pasar el rato, a pesar del clima que había. Y la verdad, lo odié. Mientras ellos corrían por la arena, golpeando la pelota de futbol, yo me senté en el pasto, observando cómo las olas golpeaban furiosamente contra las rocas.
Todo era tan pacífico y tranquilo. Y casi me pierdo en mis pensamientos de no haber sido por una voz. Tu voz para ser exactos. Podía sentir tu presencia detrás de mí, mientras enrollabas tu brazo alrededor de mis hombros. Cuando intenté mirar, pude verte sonriéndome con esa sonrisa que siempre hacía que mi corazón saltara.
“Amo la playa, Lou. ¿No es preciosa?”
Estaba tan sorprendido y aturdido que no pude responder, y las lágrimas fueron más rápidas que las palabras que no pude decir. Los chicos rápidamente lo notaron, y corrieron a mi lado, apartándome mientras gritaba tu nombre; rogándote que vuelvas.
Hoy estoy confinado a pasar todo el día con Zayn, que gentilmente se ha ofrecido para cuidarme bajo su ala por esta noche –metafóricamente hablando-. Rechacé su oferta, pero luego de un montón de súplicas, y de argumentar que la pasaría bien, acepté a regañadientes.
No hicimos nada realmente, solamente nos sentamos en el sofá a conversar. Él no me dejó siquiera hablar de ti, y eso me dolió. Sigo estando tan arrepentido de no haber ido a verte hoy.
