Día Setenta y cinco
Acabo de darme cuenta de que ya han pasado dos meses, dos meses sin ti, y eso solo lo hace más real. Ahora no soy nada más que un caparazón vacío. Vivo sin un propósito, y no tengo nada más que darle a este mundo.
Y este dolor jamás acabará.
Día setenta y cinco
Día Setenta y cinco
Acabo de darme cuenta de que ya han pasado dos meses, dos meses sin ti, y eso solo lo hace más real. Ahora no soy nada más que un caparazón vacío. Vivo sin un propósito, y no tengo nada más que darle a este mundo.
Y este dolor jamás acabará.