Día Ochenta y cinco
Me encontré con Eleanor hoy. Ella está bien, aunque bueno, eso no me sorprende. Ella siempre ha sido egoísta, y no puedo creer que me haya tomado tanto tiempo darme cuenta de eso. Me preguntó como estaba, aunque dudo que realmente le importara. Y luego, ella empezó a hablar de ti.
No pude soportar el hecho de que ella dijera tu nombre, o incluso de que hablara de ti, así que me fui sin decir una sola palabra.