Día Setenta y uno
Estoy en el tren de regreso a Londres, y déjame decirte que me encuentro bastante nervioso. Más nervioso de lo que había estado jamás. Más nervioso, incluso, que cuando tuvimos nuestra primera presentación, en dónde me susurraste palabras de aliento al oído antes de subir al escenario. Me sonreíste furtivamente antes de que la canción empezara, y luego de eso me sentí en las nubes. Como en una especie de hechizo.
Es triste pensar que no seré capaz de hacer una actuación contigo de nuevo, o abrazarte contra mí en la mitad de la noche cuando no pueda dormir, o ir contigo cada vez que necesite que alguien me abrace. Tengo miedo de regresar al departamento Harry.
¿Y sí ellos hubieran cambiado todo?
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Estoy en casa ahora, sentado en la cama de nuestra habitación. Todo está como antes, y nunca me había sentido más aliviado en toda mi vida.
Estoy feliz de que no tendré que dormir sin una parte de ti aquí conmigo.
