Día Dos
Tu familia estaba aquí, todos estábamos allí. Abracé a tu madre, tratando de confortarla mientras largaba toda la tristeza y las lágrimas de adentro, mientras trataba de contener las mías. El resto de los chicos se ocupó de Gemma, quien había comenzado a gritar y golpear, negándose a creer que su pequeño hermano había muerto. Dejándola allí a su madre y a ella solas. Las lágrimas comenzaron a flotar por todos lados, y comenzaba a volverse difícil decir cuales pertenecían a cada uno, pero realmente no importaba.
Todos observamos desde el banquillo como eras removido de tu cama, y llevado afuera a través de un largo pasillo en una camilla, tu cara cubierta por una sábana fina y extremadamente pulcra. Así que no pude ver tu rostro por última vez.
Me negué a creer que ya no estabas. Aún me niego a creerlo.
¿Vas a volver, no es así? Espero que lo hagas. Todo el mundo sigue bastante jodido acerca de eso. Extraño la manera en la que las cosas solían ser ¿Sabes? Ahora casi nadie sonríe… Extraño tu sonrisa Harry.
