Día Setenta y ocho
No he visitado tu tumba ayer porque estaba muy asustado. Y me eh dado cuenta de que no la he visitado ni siquiera una vez desde tu funeral, y la culpa me está comiendo ahora más que nunca.
Me siento terrible. Me siento completamente, e irremediablemente terrible. Eh sido tan egoísta. Siempre lo eh sido. Siempre eh pensado más en mi mismo que en ti.
Así que aquí estoy, sentado frente a tu tumba con lágrimas recorriendo mis ojos. Las flores son frescas, y hay docenas de ellas Haz. La gente te ama. Yo solo traje una sola flor; espero que sea suficiente. No quise llenar el lugar, pero ver todas estas flores hace que la mía luzca patética.
Te la di de todas maneras. Y la veo yacer enfrente mío, sobre tu hermosa tumba. Planeo quedarme aquí un poco más de tiempo, así que traje un par de mantas conmigo y una botella de vino. Vino rojo. Ese siempre ha sido tu favorito ¿No es así Harry?
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Me he despertado sentado enfrente de tu tumba hoy, solamente para darme cuenta de que me eh puesto ebrio la noche anterior, y me dormí sobre el césped.
Debes estar avergonzado de mí.