No se si ustedes alguna vez hayan tenido a una persona muy lejos de ustedes, y su única comunicación con esta es a través de una pantalla y unas cuantas llamadas cortas en las cuales no pueden expresar todo lo que sienten tan bien como lo harían en persona.
Y todo esto es gracias a los kilómetros, esos amigos que siempre nos han impedido encontrarnos con la persona que queremos pero se encuentra fuera de nuestro alcance solo porque algunos millones de millones de metros y grandiosos cuerpos de agua los separan.
Pero hay algo que a la distancia no le gusta, algo que siempre ha arruinado su malévolo plan de evitar que dos personas que se quieren o se aman se puedan juntar en un solo espacio... Lo que la distancia odia se llama "Amor", ese conjunto de letras que pueden lograr que un ser humano vuele sin necesidad de alas o algún otro objeto.
Este gran sentimiento también conocido como amor toma el papel de miles de cosas cuando se trata de enfrentar a la distancia, es como un superchería escondido en cada corazon de cada uno de las personas que alguna vez lo hemos sentido, pues te da la suficiente fuerza de voluntad y las suficientes ganas de luchas que hacen que caminar algunos miles de miles de kilómetros sea una tarea tan sencilla que es hasta ridículo nombrarlo.
Siempre que dos corazones se quieren y se aman lo suficiente como para desear con todas sus fuerzas estar junto al otro, el amor se vuelve un gigante de hierro mucho mas grande que cualquier otra cosa en el mundo y este, se encarga de tomar entre sus manos toda la distancia que existe entre dos personas y hacerla pequeñísima, dándoles una esperanza de creer en el y alimentarlo hasta el punto que su fuerza haga que su distancia quede rota para siempre y el amor entre dos personas que parecía imposible sea algo posible...
Simplemente es mágico.