Debe ser que estoy cansado, hoy he dejado los libros sobre la mesa y cuando solté uno de ellos por error, terminé encontrándome tu foto.
Lo único que fue extraño de esto, es que fue la última que nos tomamos, y quizás la ultima que esta cabeza anciana pueda recordar. Sé todo lo que me equivoqué en ese momento, y aún así mis manos temblaban tanto que no pude hacer nada para remediarlo.
Me habían dejado solo he indefenso siendo un simple chico de 15 años, poco a poco se me escapaba la vida tratando de ser alguien maduro y capaz de cumplir cosas de adulto, aún cuando yo entendía que no podría lograrlo por mas que intentase, ya que la gran parte del tiempo de mi vida era para ti.
Sabia que eras perfecta, que las chicas ideales al final no llevaban grandes escotes o faldas tan cortas como el infinito tiempo, si no que usaban un par de lentes, llevaban una armonía en el nombre, como si de 7 notas musicales se tratase, se descuidaban el cabello y se comportaban lo mas femeninas que podían.
Terminé despidiéndome de ti al compás de un Tic-Tac que no dejaba de sonar, que cada que daba vuelta por mi cuarto vació me recordaba que la vida nunca me perdonaría el haberme equivocado.
Tanta fue mi desesperación que sin querer tomé un diccionario y empecé a subrayar adjetivos con los cuales me podía referir a ti, y fueron tan pocas hojas que antes se gastaron 2 marcadores y 500mL de lagrimas que las palabras en el mundo para poder decirte de mil y una formas que te amaba.
Eras tan perfecta que el día que te maquillaste, me hiciste sentir cosas en el estomago, y hasta ahora recuerdo perfectamente como cada una iban brotando de mi cara en forma de sonrisas o de pequeños delitos nombrados como caricias.
Aún así, no me gustabas.
Vi tanta pintura blanca y negra sobre esas mejillas hermosas que terminó asqueando mi corazón ese color, ya que intentó manchar ese lindo rostro que tenías al natural. Tu cara era para mi como un retrato de Leonardo, tan perfecto, simétrico y con tantos secretos escondidos en cada trazo que era capaz de pasarme una vida descifrando cada lunar.Eras tan tierna que no sabia como reaccionar cuando te ponías en ofensiva con puñados de besos, y con esa intensidad en las manos cada que nos poniamos mas intensos y rozamos la línea de lo correcto, simplemente decidía poner las mías sobre tus caderas y sentir como el viento rozaba mi cara entre pequeños gritos amorosos.
Ahora solo puedo ver hacia atrás, y no puedo encontrar tus manos desde ese dia que te alejaste de mi, simplemente estoy tan desesperado que cada obra que ha ocurrido en mi vida es como una cadena de cosas pares que sin ser perfectas, siempre terminaban completadas gracias a que en cada reflejo de esa persona cansada y agobiada te encontrabas tu detras.
Quizás será un error, y termine sufriendo las consecuencias de eso, quizás hasta el mismo mundo termine colapsando en un sentido de tragedias y emociones provocadas por una distorsión real.
Puede que me toque otra familia, otra cara, otras manos, otro aliento, otra alma, otro pensamiento, otro motivo u otra razón para caminar derecho.
Pero ahora mismo ya no quiero titubear, no ha existido momento en mi vida en el cual no me levante golpeándome la cabeza o pellizcando cada parte de mi carne simplemente para tratar de encontrar que el dia que te dejé fue una mentira y podré despertar de este letargo pronto.
Me cansé de verme infeliz y ver como me tengo que comer los labios para evitar llorar de dolor al pensar que no te tengo, escribiendo esta carta acabo de derramar un pequeño mundo de sangre desde mi puño derecho de la fuerza con la que he tomado esta pluma para escribir este último verso.
Invertí todo el dinero que conseguí a lo largo de mi vida para poder conseguir esto, quizás es con lo que soñé de pequeño y pueda frenar el avance de la historia con el simple hecho de guardarmelo para mi.
Podría decidir ver a mi abuelo que me cuida del cielo, pedirle perdón a mi madre por ser tan mal hijo, o cuidar un poco mas de mi linda abuela de la que terminé despidiendome crudamente.
Hoy, siendo el día 23 de abril del 2097, con mis manos atrofiadas por la edad y con los ojos cansados, pienso regresar 79 años, y esto será quizás el último viaje que pueda hacer mi cuerpo, puede que después de esta puerta tan brillante que tengo frente a mi no salga nunca mas, me quede en un vacío tan grande que nunca pueda volver a encontrarme.
Pero, mi bonita, ¿Sabes porque no tengo miedo?
Simple, porque aun después de todo este tiempo, no se nos acabó el amor.
Ni a ti, ni a mi.
-De las memorias perdidas en el mundo.