No nos engañemos

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“A pero si ya apareció la borracha” decía Fer mientras se me acercaba para abrazarme. No sabía que hacer más que bajar la mirada y meter los pies en la arena, “Pero si eres lo más chistoso que he visto” me decía Joaquín, le regresé a ver sonriéndole, “No me acuerdo ni de la mitad de la noche” les dije un poco avergonzada

Y Fer solo me regresó a ver asustado, “A dale, ven acompáñame a pedir unos tragos” me dijo y sin responder me jaló duro por el brazo.

No sabía porque se estaba portando así, “Me estás haciendo doler” le dije suave, Fer me regresó a ver como sorprendido, “Perdón no quería cogerte duro”

Me soltó el brazo y después con cuidado me acarició para aliviar el dolor, “Solo que estaba asustado y quería hablar contigo”

Le quede viendo, sin saber si es que había pasado algo, me asusté. “¿Es algo malo?”

Fer solo me quedó viendo, “Es que no se, estoy como preocupado”  

Me acerqué un poco a él esperando que me responda, “Mierda Fer, dime que me estoy asustando”

Y me sonrió aliviando un poco la tensión que teníamos los dos, “Es la primera vez que te veo decir una mala palabra” y solo le pegué en el pecho jugando con él, “Ya dime, sabes que soy curiosa”

“No sé, solo eso de que no te acuerdas de nada” y solo me regresó a ver, “Sabía que no te tenía que dejar ir en ese estado pero el insistió y no sé ahora me arrepiento” le iba a responder que no entendía lo que pasaba pero siguió, “Les he visto a mis amigas así en tu estado y no sé, ya debería de haberme imaginado pero no sé porque no se pasó eso por la cabeza” y se arrimó a unas de las bancas de la covacha, “Sé que los hombres se aprovechan de las mujeres en esos estados y este medio que siento es porque tengo miedo que algo te haya pasado a ti”

Le regresé a ver y le abracé, “Gracias por preocuparte de mí Fer, pero Gastón fue todo un caballero y no intento nada” Con lo que dije Fer exhalo quitándose la tensión  y la culpa de encima.

“Tenía miedo que algo paso entre ustedes dos, no sé” solo movió la cabeza intentando de sonreír, “Estaba preocupado solo eso” y no se me sentí tan protegida por él. Sentía que Fer era ese hermano mayor que no tuve, el que pensaba en mí, en el que me protegía de todo lo que el se imaginaba.

 “Perdóname por cogerte duro el brazo, te juro que no quería lastimarte.”

Me regresé a ver el brazo que todavía estaba con una pequeña marca roja en el lugar donde Fer me cogió, no me dolía, ni siquiera entendía por qué se me había puesto tan rojo “Tranquilo todo bien” le sonreí,

Volvimos a la carpa donde estaban conversando todos. Trajimos dos piñas coladas y nos sentamos para seguir hablando, Gastón llegó en el tiempo que Fer y yo nos fuimos.

Me sorprendí en verle ahí, me sentía rara con él pero en el buen sentido, sentía que los dos teníamos ese secreto que ahora nos daba ese lazo especial que solo los dos entendíamos. De vez en cuando nos quedamos viendo, me perdía en su mirada. Me aguantaba las ganas, por mucho que quería sentarme alado de él y hablarle de lo que me había pasado, me quedé apartada intentando no llamar la atención de nadie.

Poco a poco el grupo se volvió más grande. Llegó Vanesa con algunas amigas, que para mí gritaban mucho. Era de esperar que Vanesa se haya sentado al lado de Gastón, con todo su  grupo de amigas alrededor de él.

Ahora si no me molestaban, no me importaba que todas se pegaban a Gastón como mosquitas muertas, no me daba celos, que Vanesa estaba ahí con él intentando estar más y más cerca. Porque sabía que Gastón y yo, sabía que lo que teníamos ahora eso era más grande que el capricho de Vanesa.

Una Sonrisa de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora