| 2 |

2.3K 132 83
                                    

P r i m e r  c a p í t u l o, los días de hoy: 

Taehyung, Gigi, junto pequeñas e insignificantes expulsiones.

*Nota: Arábigo moderno = Presente.

━━━━━ ☾☽ ━━━━━

—Quedas castigado, TaeHyung, más que nada por haber causado tanto disturbio entre las masas —sentenció aquella gastada voz, siendo un poco ridícula la afinidad utilizada si todos se rehusaban a escuchar semejantes oraciones en el absoluto siglo XXI.

—¿Entre las masas? —se mofó quien se encontraba alterado en todo el sentido de la palabra a pesar conservar un semblante sereno, pues lo único que podía delatar su consternación era ese colorido cabello, que más bien parecía burlarse de las normativas del colegio. Relamió sus agrietados labios, llenando sus palabras de una increíble embustería—. Dígame sinceramente, director, ¿a quién no le gusta un poquito de insolencia en medio de esta maldita escuela mediocre? No le hice más que un favor a su vulgar población estudiantil.

—Humillaste públicamente a tu propia compañera, y a mi parecer, eso es aún más vulgar.

—¡Que solo les di algo de qué hablar a los verduleros que tiene como alumnos! Hombres serán, pero son más cotillas que las mismas chicas —se echó hacia el frente en la silla antes de puntualizar, incapaz de retener el suspiró de furia que se escapaba hasta por sus poros—. Y además ni siquiera sabe de quién estamos hablando...

—¿Olvidas que tenemos cámaras? —el viejo respondió, quizá haciendo un tremendo esfuerzo para no abofetear al chico descarado en que aquél joven se había convertido—. Kim, no hacía falta que la señorita Heung viniera a delatarte; tú mismo lo hiciste.

TaeHyung rodó los ojos con ironía, para después dejarse resbalar en la incómoda silla donde se encontraba sentado, a la que definitivamente le hacía falta un acolchonado respaldo. Era justo lo que él esperaba que dijera. Más bien, era lo que deseaba escuchar, ansioso por el suceso. 

—¿Ya va a expulsarme? —llegó al punto que le comía en ansias, los evidentes puntapiés contra el suelo y esos largos dedos tamborileando en su propio ropaje.

—No, porque eso solo sería facilitarle las cosas, como si no te conociera. Y tampoco quiero convocar a tus padres —dijo el pelinegro mientras apoyaba su cuerpo más cerca del estudiante, permitiéndose soltar una poco admisible frente a un estudiante—, pero es la quinta vez que te llamamos la atención, y seguramente has hecho más cosas de las que no nos hemos enterado. Tarde o temprano ellos son los que se darán cuenta y querrán tomar las cartas por ti.

—Que se enteren mejor, así ya me sacan de una puñetera vez de este lugar —murmuró. 

De verdad, ¿no era más sencillo de esa manera? No podía exigir un cambio de escuela, porque sus padres definitivamente buscarían la razón detrás de sus acciones, y tratar de hacerlo a escondidas era poco factible para un chico de llamativas capacidades y atenciones como las exigía él.

—Oh, claro, porque no tienes de qué preocuparte para pagar tu cambio —dijo el señor con bastante rabia contenida al recordar el estatus actual de su alumno poco preferido, lo consideraba tan injusto—, aunque con un expediente tan sucio como el tuyo, , no te aceptarán fácilmente en cualquier parte. Da las gracias que hemos sido tolerantes contigo.

TaeHyung bufó nuevamente con una sonrisa ladina, porque vaya tenía tanto que agradecer. A veces se odiaba a sí mismo por no poder responder tan malditamente abierto como quisiera ya que ganas no le faltaban para escupirle en la cara a su querido director que sus padres ya no tenían decisión sobre él. Pero era mentira, jodidamente que lo era: y además tenía un poco de decencia para no tratar así a su tío, la consanguinidad estaba ahí a pesar de todo.

until you hate me | k.thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora