until you hate me | k.th

| 3 |

S e g u n d o  c a p í t u l o, los días de hoy:

Taehyung equals Yoongi. 

Quizá un molesto amigo, y definitivamente una mala impresión.

━━━━━ ☾☽ ━━━━━

YoonGi rió sinvergüenza al verlo de pie frente a su puerta, sosteniendo una oscura maleta rodante con una mano y colgando un aparente bolso deportivo repleto sobre su huesudo hombro. Le parecía tan cómico, que terminó riendo por unos segundos más frente a él, sin permitirle la definitiva entrada a su morada.

Era ridículo que, a pesar del calor del verano, se encontrara parado frente a la puerta de su casa en este estado tan... patético; sus pantalones estaban rasgados —no precisamente por producto de la moda— y cubiertos de una extraña mugre amarillenta que, si bien se hacía pasa por una simple capa de polvo, difícil sería de quitar. La camiseta que vestía parecía estar hecha jirones, como si alguien no hace mucho lo hubiese agredido antes de llegar a su destino; y luego estaba su maltratado cabello rojizo, que no parecía haber conocido la palabra cepillo en la vida.

—¿Así es como te vas de excursión, vagabundo? —habló el pálido al recuperar su aliento, con las rosadas encías siendo visibles de forma casi descarada, al contrario de como se vislumbraban las línea en que se volvían sus ojos.

Cuando el menor le había buscado, a través de un mensaje, casi rogando, para informar que le realizaría una pequeña y desafortunada visita, YoonGi no esperaba que esa visita fuese mayor de media hora e incluyera además maletas junto con malas fortunas, pues ninguno se tenía demasiada paciencia. Pero esos  bolsos llenos de quién sabe cuántas cosas —seguramente inútiles— claramente se burlaban del mayor.

—Sí, de excursión directamente a la mierda que hay en tu habitación —contraatacó el pelirrojo con una diminuta sonrisa, pero la fluidez en sus palabras dejaba entrever un poco de sarcasmo, severidad y repulsión hacia el rubio. 

Empujó a su enano primo hacia un lado para poner un pie en el parqué de la acogedora casa, siendo bienvenido en seguida por colores oscuros y poco llamativos como era usual en la familia de los Min. Fue completamente placentero adentrarse a un lugar tan confortable como aquel, pero Yoon no pudo evitar estallar en carcajadas poco comunes en él, interrumpiendo su paz a la vez que detenía sus pasos apresurados que buscaban un lugar donde dejarse descansar.

—¿Qué demonios te sucedió?

—YoonGi-ah, ¿no te basta con ver a tu jodido primo preferido hecho una desastre? —siseó, con cuidado de modular su tono de voz por si sus tíos rondaban por el lugar. No era conocido por la familia el ser especialmente irrespetuoso, y esperaba guardar las apariencias por el resto de tiempo que planeaba pedir refugio en el lugar. Después de retirar sus zapatos como indicaba lo tradicional, se adelantó en calcetines blancos por todo el pasillo—. Solo no hagas preguntas inoportunas y estaremos en términos pacíficos por lo que resta del año.

—El resto del año... ¡No me digas!, ¿al fin te expulsaron del colegio, moco? —YoonGi lo seguía de cerca, con esa emocionante y dichosa sensación que le provocaba el sacar de quicio a su primo menor, pero éste último no opinaba igual—. ¿Fue tu obsesión por acabar con esa chica que al fin dio sus frutos? Porque vaya que el viejo loco de DongHae aguantó mucho por ti, y ni se diga de Gi.

—Te entra por una oreja y te sale por la otra, ¿no es así?. ¡Solo pedí que no hagas ni preguntas innecesarias!

—Entonces vete de mi casa —la forma en la que el de cabello ceniza se cruzó de brazos, adoptando una expresión seria tan de pronto que ni un tren bala se le compararía, le causó algo de turbio a TaeHyung. No lo recordaba tan demandante—. No te quiero aquí sin saber el motivo por el que vienes. Tal vez incluso mataste a alguien y ahora estás huyendo de la policía, ¿ah? ¿Cómo voy a tener la suficiente cara para darte asilo, asesino?