Loca por él (Gustavo Daneluz y tú)

¡Feliz cumpleaños Martina!

Justo cuando uno quiere dormir, le revientan el teléfono con llamadas.

-¿Thomaz?
-Hola ___, disculpa que te moleste pero... ¿Estás cerca de Martina ahora?
-No, ella está durmiendo- le digo con voz baja por si se despierta
-Tenemos que irnos hoy
-¿Hoy? ¿a la sorpresa?
-Ajá, para pasar la noche ahí y sorprenderla en plena playa
-Eso es muy romántico de tu parte pero... A Martina no le gusta que la despierten
-¿Está dormida?
-Sí
-No importa, ya veo cómo la bajo
-Está bien, te esperamos

Fin de la llamada

Ya que no dormiré hoy, alisté rápidamente mis cosas y las de Martina también. ¿Qué pensaban? ¿Que iba a dejarla estar así con pijama en la playa durante todo el día?

-Ahí está- señalo en dirección a Martina- levántala con cuidado, puede despertar.

No me imagino la difícil tarea que tiene Thomaz en llevar a Martina hasta abajo. ¿Se imaginan si no hubiese ascensor?

Es hora de poner en práctica lo aprendido en el gimnasio, guapo.

-Llevaré al señor canguro por si se despierta- tomo su peluche y cierro la puerta

Salimos del dormitorio con algo de prisa, yo cargaba las bolsas y Thomaz a Martina.

-Hace mucho frío- digo mientras me siento en la parte de atrás de su auto, a mi lado está Martina

-¿Quieres que te caliente?- Y, con esa sonrisa peculiar, Gustavo Daneluz hace acto de presencia volteándose a mirarme.

-No sabía que ibas a venir- me cruzo de brazos

-No pensaba dejarte sola con ellos- En eso Thomaz ingresa al auto y lo enciende

-Gracias, pero sé cuidarme sola- le guiño el ojo- Thomaz, ¿Ya tienes el pastel?

-Está exactamente detrás de ti

-Perfecto- me giro para ver si es verdad

-Disfruten estas dos horas de viaje- pronuncia Thomaz arreglándose el cabello

-Me la pasaré durmiendo todo este tiempo- apoyo mi cabeza en el respaldar del asiento

-___, hay algunas cosas para comer detrás del asiento de Gustavo por si quieres

-Ya veo.

-Y agua por debajo de la puerta

-Gracias, la necesitaré

[...]

Dos horas.

Dos

Malditas

Horas.

Ni por un minuto he podido cerrar mis ojos por culpa de los ronquidos de Martina, los baches en la pista y como que la posición del asiento no está tan cómoda.

¡Malditos baches! ¡¿Por qué no los arreglan?!

Pero no todo es malo, no me puedo quejar de la hermosa vista del amanecer, los paisajes y la entrada a la playa. Cómo adoro estar aquí.

-¿Llegamos?

-Sí- dice Thomaz- hay que armar las carpas

-Ahora bajo- me quito el cinturón de seguridad e intento abrir la puerta

-Se lo decía a Gustavo, tú espera aquí.

Acabo de darme cuenta de que han armado dos carpas en vez de cuatro.

Novoyapensarmal.

-¿Y quién dormirá con quién?- pregunta Gustavo

-Yo dormiré con Martina hoy- anuncio antes de que alguien más contestara