Como siempre Laxus llegó el primero al punto de encuentro. La tribu nunca se había caracterizado por su amor al madrugar, seguramente llegarían diez, quince minutos tarde.
El joven Dreyer se sentó a esperar. Mientras disfrutaba tranquilamente de su música sintió la presencia de su compañero de Gremio. Miró hacía él.
—Natsu, ¿qué haces aquí?
—Quería hablar contigo.
—¿Qué quieres?—preguntó el rubio sorprendido, normalmente el pelirrosa solo le hablaba para pelear.
—¿Por qué te la llevas de misión?
—¿Y por qué no lo iba a hacer?
—Porque ella no es tu estilo, no es obediente como la tribu, y tampoco es fuerte.
Aquello irrito especialmente a Laxus. No hacía misiones con la tribu porque fueran obedientes, lo hacía porque eran sus amigos, porque estaba a gusto con ellos. Y lo de que Lucy ya no era fuerte solo le recordaba su pasado. El viejo Laxus nunca habría aceptado hacer una misión con ella por no ser lo bastante fuerte, pero él había cambiado. Ya no le interesaba esas cosas. Y que Natsu le dijera que aun le preocupaban esas cosas no le hacía ninguna gracia.
—Lo hago porque me da la gana—dijo mostrando su mal humor—. Y ahora lárgate.
—No me voy a ir hasta que le digas a Lucy que se quede.
Aquello fue el colmo de la estupidez.
—No, Lucy se vendrá conmigo de misión, y como no te largues a ti te voy a mandar a la enfermería.
—Laxus no puedes llevarte de misión a Lucy, no lo soportará, no es lo bastante fuerte.
—Eres...
—Ese es mi problema Natsu, así que no te metas—dijo de repente la rubia.
Ambos se sobresaltaron. Los dos habían estado tan centrados el uno en el otro que no se habían dado cuenta de que la maga celestial había llegado.
—Lu-chan—dijo con la cara blanca el Dragon Slayer.
—Déjame en paz Natsu.
En ese momento se oyeron los gritos de la Tribu acercándose.
—Laxus, ya estamos todos, vámonos—dijo mientras se giraba sin esperar la repuesta del rubio.
—Nos vemos Natsu—dijo siguiéndola.
Laxus pensó que les seguiría, pero al parecer el pelirrosa se había quedado de piedra con la actitud de la rubia.
Cuando se juntaron con la Tribu Laxus les empezó a explicar lo que sabía de la misión. Al parecer tenían que ir a un pueblo que estaba bastante lejos de Magnolia, y allí les darían el resto de la información.
Mientras caminaban hacía la estación la rubia se fue rezagando. No era difícil ver que las palabras de Natsu le habían afectado. Mucha gente le había llamado débil a lo largo de su vida, pero nunca lo espero de su mejor amigo. Aquello había sido un golpe duro. Nuevamente la oferta de Sting vino a su cabeza, con más fuerza que antes. Pero también lo hizo un pensamiento doloroso, por mucho que cambiase de Gremio la seguirían considerando débil. Ambos Gremios eran los más fuerte de Fiore, y Lucy no llegaba al nivel de ninguno de los dos. Ella lo sabía, pero nunca había pensado que eso importará a sus amigo, pensaba que la apreciaban y entendían que aunque su magia aun no era tan poderosa como la de ellos tenía otras cualidades.
—¿Estás bien?—dijo el joven Dreyer sacándola de sus ensoñaciones.
—Sí, creo—mintió
—Ignora lo que ha dicho el cabeza de flama, solo estaba molesto y ha dicho tonterías.
—No son tonterías Laxus, sabes que no soy de las más fuertes del Gremio.
—Bueno, después de dos meses con nosotros seguro que le podrás hacer la competencia a Erza—aquello hizo sonreír tímidamente a la rubia.
—Eso sería impresionante de ver, pero me parece imposible ahora mismo.
—Te lo digo muy enserio, se que la Tribu parece que su mayor poder es adorarme—dijo el rubio bromeando intentando alegrar a la maga celestial—, pero en realidad los tres son grandes magos.
La rubia miró a los tres miembros de la Tribu. No sabía mucho de ellos en realidad. Levy le había comentado alguna vez que Freed era un genio en las runas y que tenía una capacidad analítica impresionante. Grey le había dicho que, aunque Bickslow parecía despistado era capaz de fijarse en los detalles más insignificante en mitad de cualquier pelea. En cuanto a Evergreen no sabía gran cosa, aunque sí había oído que no era nada despreciable en el combate cuerpo a cuerpo y que era capaz de idear planes rápidamente.
—Me lo suponía.
—Por eso te lo digo, deja que te entrenemos en estos dos meses y cuando volvamos al Gremio podrás patear a ese idiota.
Lucy miró al joven Dreyer. Se veía en su mirada que estaba convencido de lo que decía.
—Está bien Laxus, me pongo en vuestras manos.
No sabía si ese entrenamiento le sería suficiente para pelear contra Natsu, pero quizás si le sirviera para irse del Gremio. Solo el tiempo lo diría.
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Dos rubios
FanfictionUna historia Lalu, ya que hay muy pocas en Español. Es mi primer fanfic así que siento los errores.