Un encuentro tormentoso

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El Gremio estaba en un sorprendente calma desde hacía unos días. Esto se debía a que todo el equipo de Natsu estaban de misión, bueno casi todos. Lucy se había quedado para que Lissana fuera con Natsu. La más joven de los Strauss le había pedido ese favor para poder pasar tiempo con el Dragon Slayer. La rubia había aceptado porque sabía que Natsu estaba enamorado de la albina, solo que no se atrevía a decirlo. Además ese mes no tenía problemas para pagar la renta, por lo que no necesitaba hacer misiones con urgencia. Pero se aburría soberanamente ella sola en el Gremio.

-Mira-neee, ¿cómo puedes no aburrirte estando siempre aquí?

-Ummm será la costumbre-respondió desde detrás de la barra la albina-.¿Por qué no te vas a alguna misión?

-Es que todos están fuera.

-Siempre puedes ayudar aquí en el Gremio-aquello pareció interesar a la rubia-. Podrías ayudar con los archivos del sótano, estamos ordenándolos, pero son muchos y no nos vendría mal tu ayuda.

-Está bien-dijo levantándose mucho más animada y dirigiéndose al sótano del Gremio.

Mientras bajaba las escaleras la maga se dio cuenta de que la luz estaba encendida. Pensó que a lo mejor el Maestro estaba allí, ya que no le había visto en la planta de arriba.

Cuando llego a la puerta encontró todas las estanterías desordenadas y muchos papeles en el suelo. Mira no había exagerado, iban a necesitar mucho trabajo allí.

Se agachó para recoger los primeros papeles. Lo ojeo y se sorprendió. Eran las fichas de los magos del gremio. Reconoció la de Natsu, la de Erza y la de Laxus. No sabía por qué, pero aquella última le llamó mucho la atención.

Desde que el nieto del maestro había vuelto de la expulsión Lucy no había hablado con él. No es que antes tuvieran una gran relación, nunca habían hablado más de dos palabras, pero desde que volvió se notaba que él había cambiado. Sin embargo ella solo era capaz de recordar su ataque en Fantasía. Aunque no le gustaba reconocerlo le tenía mucho miedo al rubio.

Miró su ficha. Al parecer Laxus se había unido cuando aún era muy joven al Gremio, y había ascendido a clase S aun más rápido. Nunca había fallado una misión. Al parecer había heredado la fuerza de su abuelo. Sin embargo al volver a la primera página de la ficha hubo algo que la llamo la atención, fueron los datos personales de Laxus. Allí estaba el nombre de sus padres. Al lado del nombre de su madre ponía también su fecha de defunción. La rubia hizo calculos, cuando eso paso él era un niño. También estaba la fecha de la expulsión de su padre Ivan, tampoco era mucho mayor. Por primera vez la maga sintió pena del que muchos llamaban el monstruo de Fairy Tail. Sintió como una lagrima se derramaba por su mejilla.

-¿Quién está ahí?-dijo alguien de repente

La maga se giró para encontrarse a Laxus de frente. Trato de guardar los papeles y limpiarse el rostro todo a la vez. Lo que provoco que se le cayesen y algunos llegasen a los pies del mago.

Este se agachó a recogerlos y se quedó mirándolos durante un segundo. La rubia se quedó quieta observándole, esperando a que hiciera algún movimiento.

-Aquí todavía parecía un niño bueno, es más creo que era de la misma altura que el viejo-dijo mientras una sonrisa surcaba su rostro.

Se levantó y le tendió el papel a Lucy que lo juntó con el resto y los guardó en la carpeta.

-Yo lo siento-dijo mientras se levantaba y observaba la cara de desconcierto del Dragon Slayer-. Por estar hurgando en tu ficha.

-No hay problema, todo lo que pone ahí es de dominio público en esta casa de locos-dijo señalando hacía el piso superior del Gremio-. Aunque claro, ahora que lo pienso tú llegaste hace poco, así que no sabías nada-se encogió de hombros-.Bueno mejor así te pones al día con todos los miembros.

Dos rubiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora