Capítulo 7 [parte 2]

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Cuando salimos de la tetería eran las 9:10 P.M.  Estábamos tan a gusto los tres escuchando las anécdotas de Jake que no queríamos irnos. Es de Inglaterra pero se mudó aquí con su padre hace diez años y la verdad que tiene un acento muy marcado y elegante y una voz tan relajante que hace que te entren ganas de escucharlo durante horas; que eso fue lo que hicimos.

—Conque yo estoy más bueno que tu abuela, ¿eh?—le dijo Jake a Sam. Ella se tapó la cara con la mano, avergonzada; después se le escapó una risita. Y segundos después dijo:

—No conoces a Lillian. Está loca.—y al decir esto, los dos empezaron a reírse y se adelantaron, volviéndonos a dejar solos a Ethan y a mí. Yo no podía estar más molesta. Pero, le prometí  a mi amiga que me comportaría bien.

—Así que, vives en Bridgeview...—dije para romper el silencio entre nosotros.

—Sí, con mi madre. Conoció a mi padrastro aquí hace cuatro años y bueno, de vez en cuando venimos aquí y otras veces van Jake y mi padrastro allí.

—¿Y no os habéis planteado venir a vivir aquí? Sólo digo que tiene que ser un poco aburrido viajar de aquí para allá.—dije yo.

—Qué va. No es aburrido.—me miró a los ojos por primera vez desde que empezamos la conversación.—Básicamente porque sólo veo a mi hermanastro dos veces al año.—Abrí los ojos como platos, sorprendida. Él lo notó y añadió:—Sí, sé lo que piensas, que es muy poco tiempo. Pero mi madre y yo nos estamos planteando venir aquí a vivir. Porque al fin y al cabo, Chicago es una ciudad inmensa y Bridgeview es sólo un pueblecillo.—sonrió.

—Oye, ¿dónde se han metido estos dos?—pregunté.

—¿Y qué más da? Yo lo estoy pasando bien contigo.—se pasó una mano por el pelo.—¿Tú no?—preguntó él algo preocupado.

—No, no es eso. Me lo estoy pasando bien contigo.—vaya mentira más gorda.— Es sólo que estoy preocupada por ellos.

Relax. Seguro que están bien.—sacó las llaves de su coche y dijo:—¿Estás dispuesta a que te vende los ojos y te lleve donde quiera?

—¿Me vas a secuestrar?—pregunté. Él se rió pensando que era una broma, pero lo decía muy en serio.—Va en serio.

—¿Tan malo me crees?—lo miré mal.—No, no te voy a secuestrar.—soltó una carcajada.—Verás que te gustará.

—Nunca pensé que diría esto pero...—suspiré.—confío en ti.—me sonrió con satisfacción y luego me vendó los ojos y me ayudó a subir en el coche.

Pasamos casi todo el trayecto en silencio. A los pocos minutos de estar conduciendo, noté que se paró.

—¿Por qué has parado, Ethan?—no respondió.—¿Ethan?—volví a decir.

Shhh.—dijo poniéndome el dedo en mi boca. Estaba muy cerca de mí, lo sabía porque podía notar su respiración. Se quedó unos segundos así y me retiró un mechón de la cara. Noté que se estaba acercando a mi cuello, no sé por qué pero no lo paré. Plantó un beso ahí y yo me estremecí.—Ya hemos llegado.—susurró y me ayudó al salir del coche.

—¿La playa?—me quité la venda.

—Sí. No me digas que no te gusta.—le sonreí y corrí hacia la orilla. Me encantaba la playa y aún más, al anochecer. Me quité los zapatos y una ola llegó hasta mis pies. El agua estaba muy fría pero aún así me gustaba.

Me senté a contemplar las vistas; eran preciosas. Ethan se sentó a mi lado y me miraba descaradamente. Volví la vista hacia él y le dije:

—No me mires tanto.

—¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?—no contesté.—No es culpa mía que estés hoy preciosa.—sonreí.

—Gracias por traerme aquí. Me encanta la playa.—No me dio respuesta. Sólo me miró los labios y se acercó a besarme, pero cuando ya estaba cerca me retiré, provocando que se cayera de bruces en el suelo. No pude evitar reírme.—Sigue intentándolo.

Él me miró serio y empezó a caminar alejándose de mí. Lo alcancé y le dije:

—¡Hagamos una carrera hasta el puerto!

—¿Una carrera?

—Sí. ¿Tienes miedo de que te gane una chica?

—No, pero...—comencé a correr, dejándolo atrás. Volví la vista y vi que corría a escasos centímetros por detrás de mí. Aumenté la velocidad para que no me alcanzase.

No podíamos evitar reírnos. Era adrenalina pura.

—¡Te gané!—me burlé de él

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—¡Te gané!—me burlé de él.

—De eso nada. Te he dejado ganar, pequeña.—me despeinó con la mano y yo entrecerré los ojos.

—Ya, claro.

Mi móvil sonó. Era una vídeo llamada de Sam.

—¡Hey!—dijo mi amiga.—¿Cómo vais tortolitos?—Jake le echó el brazo por encima y me saludó con la mano.

—Bastante bien.—reconocí.

—¡Vaya! Parece que no te disgusta Ethan.—mi amiga se acercó a la cámara y me miró perversamente.

—Le encanto, lo que pasa que no lo quiere reconocer.—dijo Ethan. Y yo lo miré mal.

—Bueno, tortolitos. No sé si os habéis dado cuenta pero son casi las doce de la noche.—dijo Jake. Miré el reloj y eran las 11:55 P.M. Ethan y yo nos miramos incrédulos. El tiempo había pasado muy rápido.

—¿Por qué no os venís con nosotros? Dentro de nada es el cumple de Jake y...¿qué mejor que celebrarlo los cuatro juntos?—Sam esperaba nuestra respuesta desde el otro lado del móvil.

—Qué calladito te lo tenías.—le dije a Jake y el soltó una risita.

—¿Dónde estáis?—le preguntó Ethan a su hermanastro.

—En el pub Bambora.—dijo este.

—Enseguida vamos para allá.—le dije yo y corté la llamada.







✧Después de ti ✧/ [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora