✧Después de ti ✧/ [PAUSADA]

Capítulo 17.

Hoy toca noche de chicas. Mis amigas y yo nos hemos propuesto disfrutar de la noche. Estamos yendo a una discoteca de la zona.

 Mañana cada una cogemos un camino diferente y no nos veremos hasta dentro de un tiempo.

Ay, la universidad...Qué lejana se veía antes y qué cerca ahora...

—Qué mierda.—digo de sopetón.—Tengo muchas ganas de empezar la universidad, pero no quiero separarme de vosotras. Hemos sido uña y carne desde preescolar.—sonrío con tristeza. Pero mis amigas se ríen ante mi último comentario.

—Hemos sido uña y carne desde antes de nacer.—comenta Audrey con una sonrisa de oreja a oreja.

—Pero tranquila, Brooke, que aún nos queda mucha guerra que dar.—Sam me guiña un ojo.

(...)

Llegamos a la discoteca en lo que canta un gallo. La música electrónica resuena en todo el local y mi cuerpo ya me pide bailar.

—Iremos a la barra.—nos dicen Audrey y Sam a Lillian y a mí. —¿Qué es diversión sin un poquito de alcohol?

Mis dos amigas desaparecen y sólo quedamos Lilly y yo, la cual parece más seria que de costumbre.

—¿Qué te pasa? Llevas metida en tus mundos de yupi  desde que salimos.—le digo.

—No me pasa nada, tranquila.—me tranquiliza ella con una sonrisa.—Es sólo que Adam me dijo que estaría aquí y no lo veo por ninguna parte.—hace una pausa y luego prosigue:—Me gusta mucho, Brooke. Sé que apenas nos estamos conociendo...pero es perfecto; es yo pero en chico, así que imagínate.—yo sonrío.

—Oye, ¿Adam es moreno, tiene el pelo largo, es alto y lleva botas?—le pregunto.

—Sí. Siempre, lleve el outfit que lleve, se pone botas. ¿Por qué lo preguntas?—dice ella, mirándome con atención.

—Mira hacia allí.—apunto con mi dedo a Adam. Lilly sigue mi dedo y cuando lo ve se le agrandan las pupilas y se pone roja como un tomate al ver que él se está acercando.

—Hola, preciosa.—le da un beso en la comisura de sus labios. Y ella sonríe mientras se sonroja aún más.—¿Tú eres...?—me pregunta.

—Brooke, amiga de Lilly. Ya tenía ganas de conocerte, me ha hablado mucho de ti.—le sonrío y él me devuelve la sonrisa. Pero, mi mejor amiga me pone cara de pocos amigos.

—Encantado, ¿eh?—me da dos besos.—Te la voy a secuestrar un momentito si no te importa.

—Claro que no, puedes llevártela.—le guiño un ojo.

De pronto, suena una canción lenta. Ambos se dirigen al centro de la pista y se ponen a bailar pegados el uno al otro. De vez en cuando se miran a los ojos y después a los labios. Hasta que ocurre el milagro: ¡Se besan!

Yo contemplo enternecida la escena. Adam parece muy buen chico y yo veo a Lilly muy feliz, así que ...¡shippeo a Ladam !

—¡Wow!—exclaman Sam y Audrey al unísono y se unen conmigo a contemplar la escena.

(...)

La noche está pasando demasiado rápida. No hemos parado de bailar, de beber chupitos y de contemplar cómo una Lilly y un Adam borrachos se enrollaban.

Empieza a sonar Hey DJ de CNCO  y mis amigas y yo cantamos a pleno pulmón:

—Hey DJ, póngale la música que le gusta...Una para que se mueva y se luzca.

Y baile conmigo, sólo conmigo, hey.

Seguimos cantando y bailando hasta que nuestros pies nos dicen basta. Entonces, salimos de la discoteca.

—Que os vaya muy bien en la uni, chicas.—digo.—Nos vemos el próximo fin de semana, no lo olvidéis.

Le doy un abrazo muy fuerte a cada una de ellas y las despido con nostalgia.

Tras veinticinco minutos caminando, llego a mi casa. Lo primero que hago es quitarme los malditos tacones. Me duelen los pies a rabiar; lo más seguro es que me salgan heridas de tanto bailar con ellos puestos. Pero no me arrepiento de ello, he pasado una noche fantástica con mis amigas.

Me desvisto, me pongo mi pijama de Harry Potter y me voy a la cama. Mañana me espera un gran día.