Cuando la vi cenando con su novio mi corazón dio un vuelco, tuve que asegurarme varias veces de que fuera ella, quien iba a pensar que después de tantos años la volvería a ver tan lejos de donde nos habíamos conocido.
Mi madre me tiraba del brazo para que me diera prisa, aún teníamos que llegar al hotel, pero yo no... no me podía ir, no sé por qué pero era incapaz de dar un paso en dirección contraria a donde ella estaba.
Gin me miró buscando respuestas, pero yo no quería hablar, no podía, le señalé con la cabeza la dirección donde se encontraba Daniela, la razón de mi bloqueo... Me miró con ternura y llamó a mamá, le susurró un par de frases que no pude entender y paralizaron a toda la familia, cambio de planes, antes de ir al hotel cenaríamos todos juntos en el Caruso Roof Garden Restaurant. Cuando me lo dijeron me negué, no me sentía preparada para enfrentarme a ella, pero parecía que mi opinión no contaba.
No se dio cuenta cuando entramos, estaba muy ocupada hablando y acariciando a aquel chico, no había sido buena idea entrar. La miré, la miré una y otra vez, pero ella no se daba cuenta de mi presencia, mi madre me animaba a acercarme, como si eso fuera una opción. De repente sus ojos se posaron en mí, me miraba sin descanso con cara de incrédula, procuré no levantar la mirada y no cruzar gestos, cuando ella ladeaba la cabeza hacia otra dirección aprovechaba para contemplarla.
Pasaba el tiempo y no se acercaba, cada vez estaba más nerviosa, no sabía a qué esperaba, habían acabado de cenar, iban a pagar y aún no había dado ni un paso hacia mí, ¿se iba a ir sin saludarme?
Su novio debió de ir baño y entonces ella por fin empezó a acercarse, mi madre me acarició la mano intentando calmarme, no sabía qué hacer e instintivamente decidí hacerme la despistada hasta que llegara. Estaba muy tensa, intentaba pensar que decirle pero mi cabeza no respondía, mi mirada era esquiva, y mi corazón latía con fuerza. Hubiera jurado que me dio dos besos y un abrazo, pero no me acuerdo, solo recuerdo la sensación de sentir que un bloque de hormigón aplastaba mi cráneo.
En un abrir y cerrar de ojos llegó el novio y ya se estaba despidiendo, a penas habíamos hablado, no sabía nada de ella, no me dijo a que se dedicaba, donde vivía, ni si era feliz, simplemente se dio la vuelta y se fue sin responder una sola de mis preguntas.
Me senté destrozada pensando que deberíamos haber ido al hotel directamente, mi madre me miró y me dijo que fuera valiente y le diera un abrazo a Daniela, señalándome con la mano el baño. No sé como pero mis piernas respondieron a sus órdenes y me dirigí hacía allí, respiré hondo hasta tres veces, y entré.
¡Elettra, hola!, pasa ya estaba acabando_ Daniela me miraba con un rostro desencajado, intenté pensar que decirle pero no se me ocurrió nada_ mujer no te quedes en la puerta... si quieres me voy.
No, no te vayas_ acerté a responder mientras me acercaba al lavabo
Estuvimos varios segundos en silencio, mirando cada una a un lado del espejo
_ ¿Eres feliz Elettra?
No me podía creer que estuviera haciéndome esa pregunta, me giré hacia su lado y la mire, recuerdo haber sentido un cariño intenso, recuerdo haber intentado controlarlo con todas mis fuerzas, pero contra todo pronóstico me dejé ir perdiéndome en sus ojos. Ella me agarró la mano, y simplemente la dejé muerta entre sus dedos.
.......
Su mano ardía, era suave tal y como la recordaba, estaba preciosa. Todas las cosas que antes quería preguntarle desaparecieron de mi mente, solo podía contemplarla, era tan fuerte y tan débil, tan adulta y tan niña. Me temblaban las piernas, tenía un nudo en la garganta y los ojos humedecidos, pero en ese puto momento podía haber venido un tsunami que yo era incapaz de apartar mi mirada de la suya.
Desafortunadamente me sonó el teléfono y ella retiró su mano... y su mirada... Era Uri, le dije que iba en cinco minutos.
_ ¿Eres feliz Daniela?_ su pregunta me descolocó, a pesar de haber sido yo quien la formulara primero.
_ A veces sí y a veces no, como todo el mundo
Me volvió a mirar de nuevo, me acerqué a ella le cogí sus brazos y los puse alrededor de mi cuello, rodeando su cinturacon los míos. Fue un abrazo intenso, sentía su respiración sobre mi hombro, nos separamos poco a poco y le volví a coger la mano acariciándola con delicadeza, como si fuera porcelana .
_Voy a estar una semana aquí, ¿te volveré a ver?_ le pregunté casi sin esperanzas
_ Si, cuando quieras
_ ¿Mañana?_ mis ojos se iluminaron cuando asintió con la cabeza_ ¿me das tu número y te llamo?
_ Apunta
_Lo guardaré como oro en paño, 2 años lo merecen_ sonrió, por primera vez desde que nos vimos la vi sonreír, y yo sonreí con su sonrisa.
Dios... No podía dejar de mirarla, Uri estaba esperándome pero yo no quería salir de aquel baño mugriento.
_ Me tengo que ir Eli_ Ella a penas me hablaba pero no paraba de mirarme_ mañana te llamo, no sabes lo feliz que estoy de verte
_Yo también Alexandra
Me acerqué a ella le acaricié el lado derecho de su cara y le di un beso en la mejilla, recuerdo haber cerrado los ojos y embriagarme con su perfume, cuando iba a separarme de ella rodeó mi cuello y me abrazó fuerte, susurrándome que no tardara en llamarla.
_ No tardaré, lo prometo_ me separé de ella, le di un beso en la mano, la miré por última vez a los ojos y me fui.
Nada más salir del restaurante vi a Uri, estaba impaciente, no sé cuánto tiempo estuve dentro pero a juzgar por su cara fue mucho. Le conté lo que había pasado, que de repente sentí una felicidad inmensa y él me sonrió pasándome el brazo por el hombro, no hacía falta que le contara más, él ya me conocía.
Al llegar al hotel saqué el móvil para comprobar haber guardado el número de Elettra, y no pude evitar escribirle.
Hola pequeña, acabo de llegar al hotel, compruebo que el número que me diste no es falso y no intentas librarte de mí, xx. 24:37
Al rato escuché como me llegaba un mensaje, salté corriendo hacia el teléfono, era ella.
Buenas noches Alexandra, hasta mañana. 24:50
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Blumettra y otras mil maneras de matarse lentamente
FanfictionHistoria sobre blumettra