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Aquella noche dormimos hasta tarde, estábamos cansados del viaje, estuvimos horas callejeando por la ciudad, y no voy a mentir, tardé mucho en dormirme, di tantas vueltas en la cama que la ropa acabó en el suelo. Normalmente las personas antes de dormirse piensan en sus preocupaciones, en cómo les ha ido el día, en lo que harán al día siguiente, esa noche hice pleno, las tres preguntas se respondían con una sola palabra, Elettra. ¿Ahora entiendes la razón de mi insomnio?

Mi último pensamiento antes de quedarme dormida fue ella, y el primero también. Me desperté buscando el móvil a ciegas, y al mirar la hora me sobresalté, las cuatro de la tarde, tenía que escribirle antes de que pensara que me había olvidado de ella. Me giré hacia la izquierda y comprobé que Uri seguía durmiendo, tenía que aprovechar y ducharme cuanto antes, el tardaba una eternidad.

Durante la ducha esquematicé mi tarde, normalmente no soy una persona de hacer planes, pero la situación lo requería. Quería invitar a Elettra a cenar, el problema era Uri, no era correcto dejarle solo en un viaje planeado para los dos, intentaría venderle bien la cena para que se apuntara.

Al salir de la ducha Uri seguía durmiendo como una piedra, ya era tarde así que decidí despertarle, pero a mi manera. Fui al baño empapé una servilleta de agua y me senté a su lado, acerqué la servilleta a su cara y la escurrí. Él se sobresaltó llevándose las manos a los ojos, me inmovilizó quitándome la servilleta de las manos y me la restregó por toda la cara, éramos como dos niños pequeños.

_Alexandra te recomiendo que mañana procures despertarte antes que yo

_ ¿Es una amenaza?_ le pregunté con tono burlón

_ Tómatelo como quieras

Al hacerse el silencio decidí que era el momento para plantearle mi idea

_Uri quería proponerte algo, ya sabes que hoy voy a escribir a Elettra para quedar, ¿Por qué no vamos los tres a cenar?

Uri estuvo pensativo durante un tiempo, supongo que sopesando el plan, su respuesta no la esperaba.

_ Verás Alexandra, ella y tu tenéis muchas cosas de las que hablar, os debéis una conversación que nunca habéis tenido la valentía de afrontar, yo no quiero estar en medio. Lo mejor es que vayáis vosotras dos, además ayer esperándote conocí a una chica, si tú vas a cenar por ahí con Elettra igual la llamo, ¿te parece?

_ ¿En serio no te importa?

_ Claro que no tonta

Le di un beso en la mejilla y me tumbé en la cama pensando que escribirle. Parecía una adolescente, escribí tres veces el mensaje y tres veces lo borré, hasta que al final cerré los ojos y le di a enviar.

Buenos días Eli, no pienses que me olvidé de ti, sé que es tarde pero me quedé dormida. Estaba pensando que si quieres podemos ir a cenar, yo invito, ¿qué te parece? Xx. 17:20

Esperé su respuesta, la esperé una y otra vez...pero no llegó. Estuve toda la tarde mirando el móvil, comprobé mil veces que tenía los datos activados, que me llegaban mensajes, que tenía volumen, que estaba en una zona con cobertura...A las nueve me hice la idea de que no iba a responder.

Uri estuvo toda la tarde mirándome con preocupación, al ver que no me respondía decidió dejar la cena para otro día, yo al principio me negué pero al final terminé aceptando.

Esa noche no acabamos en un restaurante glamuroso, todo lo contrario, cenamos en el McDonald. Estuvimos hasta tarde riéndonos de los juguetes que venían con los menús, jugando a ver quién se llenaba más rápido, hasta discutimos cuando descubrimos que una de nuestras hamburguesas tenía pepinillos, a él le gustaba con y a mi sin. Uri se esforzó para que dejara de estar disgustada, y a pesar de que consiguió que lo pasara bien, tenía un sabor agridulce.

Blumettra y otras mil maneras de matarse lentamenteWhere stories live. Discover now