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Bree

Solo salimos dos veces de casa de Harry durante los dos días siguientes; por suerte para nosotros, esa semana yo tenía dos días libres. A la mañana siguiente fuimos al supermercado y a la vuelta recogimos a Phoebe. Esa noche fuimos a cenar al otro lado del lago. El orgullo que brillaba en los ojos de Harry cuando pidió un vaso de vino para mí y una Coca-Cola para él me hizo sonreír y guiñarle un ojo. Verlo tan seguro de sí mismo era algo tan hermoso que me sentía privilegiada al ser testigo de ello. Quería suspirar y rendirme a su encanto natural y su hermosa sonrisa, y supe que la camarera que nos atendía sentía lo mismo cuando miró su cicatriz y lo observó con adoración durante toda la velada. No me importó; de hecho, me gustó. Me encantó. ¿Cómo podía culparla? Tal como Natalie había dicho en una ocasión, Harry hacía que las mujeres quisieran abrazarlo y luego lamerlo de arriba abajo. Pero era mío. Era la chica más afortunada de la tierra.
Habíamos hablado mucho más sobre lo que había hecho durante los tres meses que estuvo ausente; me habló de la gente que había conocido, las habitaciones que había alquilado...; me confesó que la soledad que sintió no era menor que antes, pero sí diferente. La diferencia, había concluido, era que en esa ocasión por fin se tenía a sí mismo, y era más capaz de lo que sabía o creía.
-Tengo que conseguir un permiso de conducir -dijo mientras cenábamos. Asentí.
-Sí, lo sé..., conductor ilegal -bromeé, arqueando una ceja. Él sonrió antes de tomar un bocado.
-Como Travis me pille, me encerrará y tirará la llave. -Frunció el ceño-. Hablando de Travis..., ¿lo has visto últimamente? ¿Ha intentado hablar contigo? -Su expresión era cautelosa. Dije que no con la cabeza. -Lo vi un par de veces en el pueblo, pero lo esquivé. Tenía prisa, y él tampoco hizo ademán de pararse. Y ha habido un silencio absoluto por parte de Victoria. Me estudió durante un segundo antes de asentir.
-Te dejé cargar con ese lío y lo lamento. Sin embargo, Tori me odia a mí, no a ti. Supongo que pensé que para ti sería más fácil en ese aspecto si yo no estaba. - Miró hacia otro lado durante un segundo y luego volvió a mirarme-. Voy a ir ahablar con Travis y Tori. ¿Te importaría hacer de intérprete? Parpadeé.
-No, no me importa. ¿Qué es lo que quieres decirles?
-Estoy pensando en reclamar las tierras, Bree... Los terrenos del pueblo. - Sus ojos me examinaban de cerca, como si esperara a ver mi reacción. Durante unos segundos lo miré boquiabierta.

-¿Estás preparado para hacer eso? -susurré.

-No lo sé. -Parecía pensativo otra vez-. Quizá no..., pero, por otra parte, me parece que sí. Siento que es posible que haya algunas personas en el pueblo que me ayudarán en la tarea... Maggie, Norm, Anne, Mandy... y otros más. Y eso es lo que hace que sea diferente. Eso es lo que me hace pensar que debo, por lo menos, intentarlo.
Tomó un bocado antes de continuar.
-Mis padres cometieron un montón de errores, hasta el final. Pero eran buenas personas. De buen corazón. Marcus no era una buena persona, y Travis me parece bastante cuestionable también. Victoria es, sin duda, la peor de todos. No se merecen ganar. Quizá yo no lo haga bien, pero a lo mejor sí. Y esa mínima posibilidad me da fuerzas para intentarlo.
Extendí la mano y sujeté la suya, orgullosa de él.

-Te apoyaré en lo que necesites. Sea lo que sea.

Me sonrió y seguimos comiendo en silencio durante un tiempo antes de que recordara la llamada que había recibido del detective el día del desfile y se la contara.
-¿Está en libertad bajo fianza? -preguntó preocupado-. ¿Puedes correr peligro?
Sacudí la cabeza.
-No, no lo creo. No sabe dónde estoy y está controlado por los abogados. La poli lo tiene fichado. Pero... me resulta decepcionante lo mucho que se alarga este proceso. Quiero que todo acabe de una vez, y ahora encima habrá un gran juicio... Tendré que regresar a Ohio.
Harry me apretó la mano sobre la mesa antes de soltarla para hablar. -Entonces iré contigo. Van a condenarlo. Luego todo habrá terminado. Mientras tanto, estarás a salvo aquí, conmigo.

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