Capitulo 10

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De nuevo estaba ahí, esta vez no cerré los ojos, solo lo miraba a través de aquella ventanilla, podía sentir los latidos de mi corazón, suspire y entre al cuarto, me senté a su lado. No sé si ayer por todo lo que lloraba o por la presencia de Ricardo, no lo había mirado bien, pero estaba bastante lastimado. Tenía un collarín y un vendaje cubría su frente y parte de su cabeza, había recibido un fuerte golpe, por eso el doctor temía un derrame cerebral. Su labio inferior estaba morado, y una pequeña herida se hacía presente, realmente tenía varias heridas en toda su cara. Su brazo derecho estaba vendado, al parecer un fierro lo había raspado, podía notarse poca sangre a través de la venda. Tome su mano y con la otra acaricie su cara.

- No nos estas ayudando, siento que cada vez te perdemos más – una lagrima apareció – no estamos listos para perderte.

Narra Gabo

Deje de escuchar todo, mi mamá estaba conmigo en ese momento, pero también deje de sentirla, ahora todo era blanco, el peculiar pitido de aquella habitación ya no estaba más, puedo decir que hasta me sentía lejos de mí, me sentía perdido. Comencé a sentir extraños toques en mi cuerpo, uno, dos, tres, cuatro.....no supe más.

- ¿sabes? los extrañaba – las primeras palabras que escuche cuando volví a mí – las cosas siguen siendo difíciles, pero todos se preocupan mucho por ti – esa mano, ¿Por qué me siento así cuando me toma la mano? – Isra dijo que pudimos haber evitado el accidente, se están culpando, pero yo no lo creo así - ¿Qué? ¡Que locura! Dejen de pensar de esa forma – más bien creo que se sienten mal por lo que paso la última vez que te vieron –su tono de voz iba bajando, nunca había escuchado a este hombre así, pero me partía el corazón – sabes Gabo, eres muy especial para todos nosotros, eres la cabeza del grupo, y no es que te consideremos un jefe, pero sabes cómo guiarnos, no solo hablo de cuestiones de trabajo, si no como equipo, como amigos – acariciaba mi mano con una delicadeza que no me cansaría en toda la vida de esa sensación – y a pesar de todo lo que se dijo ese día, el cariño que te tenemos si existe – su voz temblaba – ves, te dije que nada había sido por interés, todo era real – suspiro – tan real como lo que siento en este momento – sentí unos suaves labios sobre mi mejilla y una lagrima humedeció el acto.

Mi mundo tembló con ese cálido beso, no era la primera vez que lo hacía, pero esta vez había algo diferente, o tal vez yo sentía algo diferente.


24 Horas [Luisabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora