Capitulo 19

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Narra Luis

Las cosas con los chicos se habían relajado, platicábamos un poco más, y de vez en cuando nos reuníamos. Todos seguíamos visitando a Gabriel, no había día en el que alguien dijera "no puedo".

Habían pasado 5 meses del accidente, 5 meses de idas diarias al hospital solo para verlo, siempre con la esperanza de encontrarlo despierto, pero seguía en esperanza, él no daba ninguna señal. Las heridas de su cara habían desaparecido, el vendaje de su cabeza se había retirado, el golpe había sanado, dejando solo una leve cicatriz, aunque aún no se sabía las consecuencias de ese golpe, solo hasta que él despertara; su brazo también tenía mejoría, y ya no usaba collarín. Era simplemente Gabriel dormido en aquella cama. Las rosas se habían marchitado, pero diario había una completamente nueva, por supuesto que no tiraba las demás, las iba guardando en una cajita espacial, que estaba en esa misma habitación.

Y yo, bueno yo estaba completamente enamorado. El sentimientos crecía cada vez más, y con él, crecía dolor al ver que no despertaba. Nadie sabía, era algo que me había callado todo este tiempo; por fortuna nadie de los chicos había preguntado por las rosas en la habitación. Tenía miedo de decirlo, pero sabía que solo así terminaría de aceptarlo; a veces mi cabeza era terca y trataba de negármelo, pero cada vez que lo veía o que lo tocaba, mil sensaciones recorrían mi cuerpo. Me sentía bien teniéndolo cerca, pero también me destrozaba que él estuviera así. Ya no podía soportarlo más.

- Hola Wero – sostenía mi teléfono con nerviosismo.

- Hola Luis ¿Qué pasa?

- ¿Ya fuiste a ver a Gabriel hoy?

- Si, fui el primero ¿por?

- Y... ¿estas ocupado ahorita?

- Realmente no – hizo una pausa - ¿sucede algo?

- Pues quería saber si podemos vernos, ir a tomar algo, necesito platicar contigo.

- Ammm... ¿me vas a pedir matrimonio? – reí un poco por su comentario.

- No, por eso primero te invito a tomar algo, nuestra primera cita – dije coqueteándole.

- ¡Perfecto! Me pondré bastante perfume para enamorarte más - ambos reímos.

Quedamos de vernos en una hora en una plaza cerca del hospital, después de verlo a él me iría con Gabo. Tome un taxi, mis manos sudaban un poco, confesaría algo muy íntimo, no sabía cómo lo tomaría Ricardo, pero él era el mejor amigo de Gabriel, pensé que sabría darme más consuelo. Llegue a la plaza y me dirigí al bar que habíamos acordado, busque una mesa cerca de la entrada para poder verlo cuando llegara. Pedí una cerveza.

- Entonces crees que te enamore así – Wero dio una vuelta enfrente de mí, tratando de modelarme como venía vestido.

- Puede que lo logres - reímos.

- Que pasó Luisito – dijo mientras tomaba asiento, quedando frente a frente.

- Wero, creo que me enamore.

- Eso no es un delito – me sonrió.

- El problema no es haberme enamorado, si no de quien – agache la mirada.

- Pues de quien te enamoraste para que estés así – se dejó caer en el respaldo, cruzando sus brazos mientras arqueaba una ceja.

- De... – mire hacia la ventana, nervioso, mis manos jugaban con mi vaso de cerveza – de Gabo - Su expresión era neutra.

- ¿Tú has sido el de las rosas entonces? – se recargo en la mesa y me miro atento.

- Sí, he sido yo – no podía darle la cara, me sentía nervioso.

- Pues te repito, enamorarse no es un delito – lo mire un tanto confundido, él sonreía ampliamente.

- ¿si escuchaste lo que te dije verdad?

- Si, que estás enamorado de Gabriel y que tú le has dejado las rosas – le dio un trago a su cerveza, lo mire esperando que dijera algo más – no veo cual es el problema – se quedó pensativo un momento – bueno si veo dos problemas, el primero que nunca nos dijiste que eras gay, y el segundo que no logre enamorarte yo – sonrío pícaro, yo me recargué un poco más relajado, no pude evitar reír.

- Yo tampoco sabía que era gay.

- ¿Qué fue lo que paso?

- Lo vi triste, quise abrazarlo pero no me atreví, me di cuenta en ese momento que ya no sentía solo amistad.

- Eso me suena a que más bien ese día lo aceptaste, pero ya había algo antes ¿no?

- Si, sabía que algo estaba pasando, me ponía el mundo de cabeza cuando estaba con él, quería engañarme diciendo que no pasaba nada – sentí un poco de coraje conmigo- Decidí alejarme, actué como un cobarde, en ese momento no quería ver lo que estaba sintiendo, pero fue muy estúpido, claro que estaba enamorado de él.

- Tranquilo Luis, es difícil expresar o aceptar lo que uno siente, en su momento creíste que la solución sería huir.

- ¿Tú crees que está bien?

- ¿Qué cosa?

- Amarlo...

- No veo que parte está mal - arqueo una ceja.

- Que él nunca va sentir algo por mí, y que está en un hospital en estado de coma – baje la cabeza, solo escuche a Wero suspirar.

- Despertará y podrás aclarar esas dudas que tienes ahora – me dedico una sonrisa alentadora.

- ¿En verdad crees que despierte? – comenzaba a perder las esperanzas

- Quiero seguir pensando eso Luis – miro por la ventana – pero ya no sé qué pueda pasar.

Seguimos platicando de diferentes cosas hasta que llegó la hora de irme. Me despedí y le agradecí por escucharme, pidiéndole que aún no le dijera nada a nadie, él respeto eso. Pase a comprar la ya importante rosa y me dirigí con Gabo.

24 Horas [Luisabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora