¿Por qué pensaba en él? Chinga ¡no! No está bien, ubícate Gabriel, son hombres y buenos amigos, así que déjate de joterias. Pero carajo, como me había dolido que él se alejara ¿Qué le hice? <Lo asustaste> creí que había algo <no, ni tú lo sabes> solamente Luis se volvió un buen compañero, te hizo sentir mejor, eso es todo.
Estaba acostado en mi cama, aventaba una pelotita al techo para después cacharla. Otra vez estaba solo, últimamente nadie estaba en la casa, realmente casi ya no hablábamos, con el que más había estado cruzando palabra era con Luis, pero ahora parecía que me odiaba, esto me estaba doliendo, necesitaba hablarle, saber que estaba pasando.
- ¡Ya llegue! - Isra grito, después escuche como la puerta de su cuarto se cerró. No me asombraba, así era últimamente.
Seguí aventando la pelota ¿A quién se le ocurre pedir que le hagan piojito? Aun no entendía porque se lo había pedido, esa noche lo hice con las mejores intenciones, pero sentir esa ternura por parte de Luis me había hecho bolas la cabeza. Desde ese momento quise estar más cerca de él, me era agradable su compañía, su risa, su voz, sus ocurrencias. Y esos ojos, nunca había notado lo hermosos que son, pero ahora con solo mirarlos todo a mí alrededor desaparecía, solo éramos él y yo.
Basta, de nuevo estoy pensando cosas que no.
- ¿Ocupado? – mi corazón latió rápido al escuchar aquella voz, gire mi cabeza para comprobar que era él.
- Para nada, pasa – se sentó del lado de mis pies, yo no hice esfuerzo alguno por levantarme.
- Hola – me miro regalándome una sonrisa.
- ¿hola? – sonreí un tanto confundido – ¿qué te sucede? Primero te la vives evadiéndome ¿y ahora vienes y me dices hola?
- Yo... - agacho su cabeza, pude notar que se puso nervioso – perdón Gabo – se paró rápido y salió.
Me quede más confundido, no entendía su puta actitud, pero creo que lo que más me molestaba era no saber que pasaba conmigo. Me negaba a la idea de que él me gustara, eso no va conmigo, no soy gay, pero sabía que algo pasaba. Esos días que estuve con él fueron increíbles, me agrada su compañía, me gusta escucharlo y hablar de cualquier idiotez, simplemente podía ser yo estando con él.
Pasaron dos días, no había visto a Luis, no llegaba a casa hasta en la noche. Entre a la cocina por un vaso de agua y ahí estaba el, preparándose un sándwich, en cuanto me vio se paró y quiso salir, pero lo detuve del brazo cuando paso a mi lado.
- Esta vez no te iras – susurre en su oído, pude sentir como se puso rígido – necesito saber qué pasa, ¿Por qué me has evitado?
- Gabriel...yo.... – se quedó callado, miraba al suelo.
- ¿Tú qué?
- No puedo.
- ¿No puedes que Luis? – lo gire de frente, obligándolo a que me viera a los ojos – ¡chingadamadre! No te entiendo – comencé a explotar – un día todo está bien, y de la nada comienzas a alejarte. Pasan días sin que me hables y luego llegas a mi cuarto para decir nada e irte – mi mirada buscaba la suya, pero él simplemente la evadía – pensé que había algo.... – no me dejo terminar.
- No Gabriel. Perdón, no está bien - se soltó de mi agarre y salió corriendo.
No insistiría más, debía olvidar esta situación.
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24 Horas [Luisabo]
FanfictionNo sé dónde estoy, todo está obscuro, solo escucho un extraño ruido, pero no sé ni que es. Estaba dormido, eso es seguro, pero ahora que desperté, no veo nada, ¿Por qué fregados no veo nada? Cálmate Gabriel, intenta concentrarte ........ lo último q...