Capítulo 016

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El departamento “B” del quinto piso del edificio “Los azahares”, estaba en quietud y silencio. Después de haberse dado un nuevo y hermoso beso, una pareja de “compañeros de casa”, estaban sentados en el suelo, tipo indios y se miraban tranquilamente. Jugaban con sus manos en las del otro y, sin decir nada, se decían ABSOLUTAMENTE TODO. Sus ojos se buscaban y, de manera cómplice, se dejaban encontrar… No se habían vuelto a besar… El hombre acarició suavemente el rostro de la mujer y ésta, rompió el silencio con la mayor delicadeza, casi susurrando…

ALEX – Se me hace tan difícil decir las cosas que estoy sintiendo…

MARIANO – ¿Por qué es eso? Sabes que puedes decirme lo que sea.

ALEX – Vas a pensar que soy una tarada.

MARIANO – ¡Ey! (Vuelve a acariciarla tiernamente) Nunca pensaría eso de ti.

ALEX – ¿Ves? Con esa actitud que tienes, ¡es más difícil!

MARIANO – ¿Qué actitud? No te entiendo.

ALEX – Esa actitud comprensiva… Me parece estar hablando con un extraterrestre, no conozco hombres así, como tú…

MARIANO – ¿Así como yo? ¡Claro!, te refieres a que soy guapo, divertido, inteligente…

ALEX – Exactamente… No, hablando en serio…

MARIANO – ¿Cómo “hablando en serio”? ¿Es que no soy nada de eso?

ALEX – Eres tanto más que me abrumas…

MARIANO – ¿Y eso es malo?

ALEX – Para nada, aquí lo único que está malo y dañado, soy yo.

MARIANO – (No le gustó nada oírla decir eso) No quiero que jamás vuelvas a decir eso. Puede que estés pasando un mal momento, pero de dañada no tienes un pelo, entiéndelo.

ALEX – Bueno, perdón, no lo digo nunca más, ya… Y tienes razón, si estoy pasando por el peor momento de mi vida, sin embargo…

MARIANO – Sin embargo… ¿Qué?

ALEX – En el peor momento de mi vida, encontré lo más hermoso que me ha pasado y eso, Mariano, ESO ERES TÚ…

MARIANO – (Una sonrisa enorme se dibujó en su rostro) ¿En verdad?

ALEX –  (Se pone de cuclillas y se acerca a él hasta quedar bien cara a cara) En toda mi vida, jamás había estado tan segura y convencida de que una verdad, fuera tan VERDADERA. Llegaste a mi vida para que yo empezara a entender que no estaba ni cerca de ser parecida a lo que había soñado para mí. Y, como si eso fuera poco, (le toma la mano y la lleva hasta su corazón), haces que cada segundo, éste, lata con más fuerza, alegría y ganas de vivir de lo que ni creí que fuera capaz.

MARIANO – ¡Hermosa! No tienes idea de lo que significan tus palabras para mí…

ALEX – (Sus ojos se llenan de lágrimas) Me llenas de luz… Me das paz… (La primera gota de sal cae por su mejilla) Siento que me regalas tu corazón y eso no lo había sentido antes, es muy nuevo.

MARIANO – (Secándole la lágrima) No llores, me rompes el alma.

ALEX – (Sonriendo) No te preocupes, éstas son lágrimas de emoción, no de tristeza…

MARIANO – (Llevaba rato queriendo preguntarle algo. Tenía que ser cuidadoso, no quería que sonara a reproche) Hermosa, dime algo: Aún con todo esto que me dices, ¿prefieres esperar?

ALEX – (Se pone de pie y le da la mano para que él lo haga también) No es que lo prefiera, es lo que necesito. Si no me tomo mi tiempo, si me apuro a estar contigo, no podré darte todo lo que realmente soy… Necesito reencontrarme…

"Quiéreme, (como te quiero yo)" - El verdadero amor te atrapaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora