Los labios de Mina era de un color perfecto, un toque rojizo los dibujaban y el mismo combinaba muy bien con su fino color de piel, le acaricie su desarreglado cabello como hace un tiempo me había dicho que le gustaba, veía su tan definida nariz y sonreía para mis adentros, se veía tan indefensa así dormida en mis piernas. Se había quedado dormida mientras me contaba todo lo que vivió mientras era algo parecido a una fugitiva.
Mientras comenzaba abrir sus ojos dijo algo que no comprendí.
¿Qué dices? –Le pregunte.
-Que podría dormir en tus piernas por una eternidad. Ya no puedo escapar.
¿Escapar? -Pregunte.
-Sí, escapar de ti... ya no podría escapar de ti. Nunca había querido así Nayeon, con esta locura y con esta desesperación, arriesgándome más y arriesgando más mis sentimientos. -Se acomodaba en su cama, acomodando su camiseta y ese cabello negro que yo encontraba tan hermoso.
Sus ojos se encontraron con los mismos y me regalo un guiño, no pude evitar dejar escapar una tonta sonrisa, se acerco a mi rostro, muy cerca diría yo. -Tu sonrisa me enamora. -Soltó y yo sentí mi cara sonrojar. -¿Te quedaras? –Me preguntaba mientras se colocaba de pie y caminaba hacia donde colocaba su ropa. Mientras lo hacía iba quitándose su camiseta, parecía iba a cambiarse ante mis ojos.
Yo quería parecer lo más tranquila que pudiera, pero en realidad estaba muy avergonzada por verla. Mina dejaba a la luz su muy trabajado abdomen. ¡Ay por favor, que sexy! -Pensé mirándole excesivamente su blanca piel. En cuestión de segundos estaba de frente a mí, luciendo muy osada y segura de sí misma, como cuando nos conocimos.
Yo evite seguir mirándole, estaba tratando de evitar hacer algún gesto fuera de lo común por culpa de mi vergüenza.
-¿No vas a responder? Necesito saber si también, tengo que quitarme el pantalón. -Dijo en un tono burlón.
No pude evitar sentirme nerviosa, no veía razón para eso que ella quería hacer, bueno razón no había pero ganas sí. - Reí un poco por dentro, pero entonces seguro hice algún gesto fuera de lo normal porque Mina comenzó a reírse de tal forma que me sentí sonrojar.
¿Porque te ríes? -Le pregunte. Mientras me levantaba de la cama de Mina, me levante enojada, apenada y me dirigí hacia una gran ventana que allí había. Sentí venir a Mina, que con absoluta alevosía se desabrochaba los botones de su tan atinado pantalón jeans roto.
-Recuerdas la noche de la cascada, que nunca te quitaste esa chaqueta y te amenace con quitarme los pantalones pues ahora voy a cumplir mi palabra. – Me dijo al odio mientras me abrazaba por detrás haciendo presión contra mi.
Puedo sentir algo por aquí. – Una voz burlaba salía de ella, mientras colocaba unas de sus manos en mi pecho. -¿Alguien está nerviosa y sus latidos la delatan? -Insinuó una pregunta.
Yo no pronunciaba sílaba alguna estaba totalmente muerta de la vergüenza, unas corrientes de fuertes energías recorrían todo mi cuerpo por tenerla de esta manera junto a mí, por más que quería tener mi mente en blanco, no podía evitar pensar tantas cosas, unas más fuertes que otras y Mina simplemente se daba cuenta de ello, porque de una manera muy intencionada respiraba muy cerca de mi cuello y mi lóbulo derecho, ella simplemente sabía muy bien lo que hacía y simplemente lo hacía muy bien.
Entonces quise demostrar valentía.
Aquí nadie está nervioso. – Dije con mucha seguridad o eso intente porque en realidad no sabía lo que estaba diciendo.
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I want you for me
RomanceHay veces que la monotonía no nos prepara para nada especial y cuando menos lo esperas un aguijón te hace sangrar haciéndote ver todo de otro color. Porque no somos quienes mostramos ni podemos reconocer la realidad de los otros, pero aún así te qui...