Capítulo 13 "El regreso de Candy"

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El tren arribó a Chicago con Candy a bordo. Ella pidió a un maletero que le ayudara con su equipaje, salieron a la calle, el hombre le pidió un taxi y de inmediato se dirigió a la Mansión Andrew. Se encontraba realmente muy feliz de haber vuelto a América, no había visto la Mansión por mucho tiempo.
Al llegar a su destino se bajó del coche y subió la escalinata mientras el chofer bajaba el equipaje. Ella le pagó al hombre y le agradeció por su servicio. Entonces presionó el timbre y el mayordomo vino a recibirla. Candy caminó al interior mientras se estaba siendo dispuesto del equipaje.

- Señorita Andrew.

- Hola. A dónde está todo mundo? -preguntó Candy.

- En el gran salón Señorita Andrew. Bienvenida a casa Señorita Andrew...

- Gracias -respondió Candy sonriendo.

Ella caminó hacia el gran salón en donde todos se encontraban charlando.

- Hola a todos! -dijo ella sonriendo- Escuché que hay preparaciones para una boda...

Todos se giraron a ver y abrieron sus ojos sorprendidos.

- CANDY!!!!! -gritaron de emoción.

Annie y Patty corrieron hacia ella a abrazarla y besarla, riendo y llorando al mismo tiempo. Stear, Archie, Neil y Albert estaban presentes y se pusieron de pie para ir a recibirla también. Todos estaban felices de que ella hubiera regresado sana y salva de la guerra.

- Candy, pero que linda sorpresa! -dijo Archie.

- Si Candy es verdad -añadió Stear guiñándole un ojo...

- Candy que bueno verte -le dijo Neil sonriéndole.

Candy sonreía y abrazaba fuertemente a uno por uno.

- Oh Candy, estoy tan feliz de que estés aquí, no sólo para mí boda pero también por ti, por tú vida... -dijo Stear.

- Yo también, pero fue difícil dejar a Michael... pero con un poco de suerte, las conversaciones de paz van a funcionar y esta guerra finalmente terminará -dijo Candy.

- Ustedes podrán hablar más tarde -dijo Annie- Candy, vas a venir con nosotras a la recámara, tienes que probarte tu vestido...

- Mi vestido? -preguntó Candy.

- Si. Tu vestido de Dama de la Novia.

- Pero... -inició Candy.

- Hablaremos arriba, vamos! -dijo Patty halándole por el brazo.

Candy se rindió a ser llevada por sus amigas quienes la llevaban a la recámara de Patty.

- Tu recámara está junto a la mía. Que bien! -dijo Patty.

- Piensas que puedo vivir aquí sin problemas? No necesito ninguna tensión ahora...

- Estás hablando de la adorable Tía Abuela Elroy y de los gemelos Reagan? La Tía Abuela no molesta ya a nadie más, se está poniendo un poco vieja. Eliza está casada, ya es madre y está ocupada en otras cosas y Neil... bueno tú sabes, has recibido sus cartas. Él está casado también y se convirtió en padre también -relataba Annie- Así que como tú verás, la Mansión es un lugar perfecto porque yo vivo aquí con Archie y Anthony y Patty también, vamos a estar todos juntos y eso hará a Albert muy feliz...

- Si. Finalmente voy a vivir en la Mansión Andrew -dijo Candy sonriendo- A dónde está Anthony? Quiero verlo...

- Vamos, él está en su recámara -dijo Annie.

- Tiene su propio cuarto? -preguntó Candy sorprendida.

- Si. Pero lo dejo dormir ahí durante el día solamente... de ningún modo mi bebé dormirá en otra recámara durante la noche!

- Eso fue lo que pensé -dijo Candy sonriendo.

Ellas entraron a ver al bebé que estaba durmiendo en su cuna. Era adorable. Tenía cabello rubio y mejillas rosadas.

- Oh Annie -dijo Candy con lágrimas en sus ojos- Puedo sostenerlo?

- Si, por supuesto...

Candy tomó al bebé y le cantó una canción de cuna. Ella estaba llorando de felicidad. Annie y Patty la observaban, era maravilloso verla nuevamente! Candy terminó y colocó al bebé de regreso a su cuna. Ella se limpió sus ojos y siguió a sus amigas de regreso al cuarto de Patty. Las dos amigas veían intensamente a Candy y ella se sentía observada.

- Qué? Tengo cuernos en mi cabeza? -preguntó Candy.

- Vamos Candy, ya dilo... -dijo Annie.

- Ya dilo qué...

- La emoción de... -respondió Patty.

- Estoy feliz de verlas, especialmente al bebé... -dijo Candy.

- Si. El bebé... -dijo Patty.

- Ahh Stear les dijo?

- Stear me dijo y yo le dije a Annie -dijo Patty.

- Ahh... -dijo Candy sonrojándose.

- Estamos esperando... -dijo Annie ansiosa.

Candy miró a sus dos amigas y posó su mano suavemente sobre su vientre. Annie y Patty observaron su movimiento y sonrieron, pero ellas querían la confirmación por parte de Candy.

- Si Chicas, estoy embarazada! -dijo finalmente Candy emocionada.

Annie y Patty gritaron de emoción y saltaron sobre su amiga besándola, riendo y llorando al mismo tiempo.

- Oh Candy, eso es maravilloso!! -dijo Annie- Especialmente si eso fue lo que te trajo aquí...

- Aunque te fue triste dejar a tu esposo... y a Terry -añadió Patty.

Candy no respondió. Terry, tenía que sacarlo de su cabeza... entonces ella habló:

- Terry está casado con Susanna. Dejémosla ocuparse de su esposo y padre de su hijo...

- Ohh... ellos tienen un hijo... -dijo Annie.

- Si... un varoncito... -dijo Candy triste.

- Ay Candy, lo siento -dijo Annie.

- No lo sientas. Estoy casada con Michael, con el fin de la guerra muy pronto, pondré a Terry en el pasado. En realidad, ya lo hice... extraño a Michael mucho...

- Tú lo amas, no es cierto? -preguntó Patty.

- Cuando llegué a Francia, mi corazón estaba hecho trizas cuando me enteré de la boda entre Terry y Susanna... Michael fue como un rayo de sol que me trajo a la vida, él me ayudó a terminar con mi dolor...

- Pero él no sabe que Terry es el hombre que te rompió el corazón? -dijo Patty.

Candy comenzó a narrar cómo fue que sucedió todo.

- ... y para entonces ya era demasiado tarde, Michael era el mejor amigo de Terry y yo no quise arruinar su relación...

- Pero, tal vez, Michael hubiera comprendido, tal vez lo hubiera tomado bien -dijo Annie.

- No lo creo. Porque Terry siempre hablaba con él acerca de "aquella que amaba"... -decía Candy- Espero que todo esté bien. No pienso decírselo, se va a sentir tan traicionado...

- Pero tú no hiciste nada malo... -dijo Annie.

- Y tú piensas que él lo va a ver de ése modo? -dijo Candy.

Lo que ella nunca le dijo a sus amigas, fue de aquel beso en la frontera y de la noche que pasó con Terry en el camión.

- Bueno, todo esto ha llegado a su fin, yo no voy a ver a Terry más y cuando la guerra se termine, voy a ir a vivir a Francia...

- Francia?... Ah si. Tu esposo es un oficial francés -recordó Patty.

- Si y mi francés ha mejorado muchísimo, las enfermeras francesas...

Y Candy les comenzó a detallar acerca de sus aventuras en el hospital, mientras se probaba el vestido de Dama que sus amigas le habían reservado.

- Chicas, no puedo creer que ustedes me hayan tenido un vestido listo para mí! -dijo Candy.

- Bueno, nos manteníamos rezando para que quedaras encinta -dijo Patty.

- Qué?

- Si. Desde que ése era el único modo de que volvieras a América... -agregó Annie.

- Y el único modo de que pudieras vivir para los dos hombres que amas -agregó Patty.

- Patricia! Los muros tienen oídos -dijo Candy.

- Y las ventanas tienen ojos -agregó Annie.

- Es verdad, discúlpame Candy -dijo Patty.

- No hay problema. Entonces ustedes rezaron para que yo me embarazara? Dios les concedió su deseo... Así que, si yo entiendo bien, estoy aquí gracias a ustedes?

- Si -sonrió Annie.

- No estás molesta? -preguntó Patty.

- Por supuesto que no. Estoy embarazada y estoy en América con mis dos mejores amigas! Soy muy feliz!

Las Chicas estallaron en carcajadas y se unieron en un abrazo. Candy terminó de probarse el vestido, el cual le quedó a la perfección.

- Que bueno que mi embarazo no se nota todavía... -dijo Candy.

- De otro modo hubiéramos hecho el vestido más grande de la cintura... -rió Annie.

- Cámbiate Candy y vayamos para allá abajo, de otro modo los Chicos van a venir y llevarte ellos mismos -dijo Patty.

En cuanto Candy se cambió de ropa se dirigieron escaleras abajo al encuentro de sus amigos en el gran salón, donde de hecho, los Chicos estaban empezando a impacientarse.

- Vaya! Ya terminaron con sus secretos entre chicas? -preguntó Archie.

- Qué es lo que estás diciendo Archie? Le estábamos probando su vestido de Dama -respondió Annie.

- Lo que cuenta es que ya estoy aquí tanto que se van a cansar de mi... -dijo Candy.

- Nunca! -agregó Stear.

Ellos platicaron un buen rato acerca de la guerra. Después Candy se retiró a su recámara a descansar y Albert la siguió. Candy lo abrazaba nuevamente.

- Ay Albert te extrañé tanto! -dijo Candy contra su pecho.

- Yo también te extrañé Candy -dijo Albert cerrando sus ojos- Cómo estás pequeña? Encontraste lo que buscabas?

- Me casé... y voy a tener un hijo Albert.

Albert se sintió desesperanzado. Ella iba a tener un hijo con su esposo. Él finalmente entendió que ella nunca iba a ser para él. Él podía entonces finalmente seguir con su vida. Sonrió y la miró con amor, la abrazó nuevamente.

- Felicidades Candy. Estoy muy feliz por ti.

- Si?... Eso es lo que me trajo de regreso a América. Michael no quería que yo pusiera en peligro la vida del bebé... y yo lo sé, mi vida estaba constantemente en peligro. Casi la perdi en una ocasión, pero el bebé... su vida es preciosa, no podía yo arriesgarla en la Guerra.

- Entiendo Candy. Estoy tan feliz de que hayas regresado y especialmente, de que por fin tú estés viviendo aqui...

- Lo hago por ti y tambien porque quiero ser consentida -dijo sonriendo Candy.

- Descansa Sra. Durand -dijo Albert- El viaje debió haber sido agotador.

- Oh por Dios, ni lo menciones! Estuve enferma durante todo la travesía... el bebé...

- Lo siento. Voy a dejarte que descanses entonces.

- Gracias Albert -dijo ella abrazándolo otra vez- Te extrañé muchísimo!

- Yo tambien te extrañé...

Albert se retiró y Candy se durmió tan pronto su cabeza tocó la almohada.


SE TERMINO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora