Capítulo 9 "Las sorpresas de la vida"

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Había mucha nieve y el viaje hacia su destino sucedía en paz. Hablaban de todo y nada y reían estrepitosamente. Cuando iban llegando, no muy lejos de la frontera, Terry tenía algo que decir:

- Pecosa, estás usando tu argolla de matrimonio?

- Si...

- Yo también estoy usando la mía...

- Por qué?...

- Nos dirigimos al campamento enemigo, una bella mujer sola...

- Tú vienes conmigo...

- Si, pero si ellos supieran que tenemos nuestros respectivos esposo y esposa...

- Quieres que les hagamos creer que estamos casados? -preguntó ella adivinando.

- Sería menos peligroso para ti... nosotros fingiremos, eso es todo...

- Fingir?

Fingir estar casada con Terry? Ésa era una broma de mal gusto!

- Tienes que estar bromeando!...

- Desafortunadamente no...

- Pero... nosotros no podemos... -dijo ella preocupada.

- Es muy difícil para ti fingir que eres mi esposa? -dijo él repentinamente- Yo sé que ya no me amas más, pero éramos amigos, o no lo éramos?

Terry estaba enojado, por qué ella estaba haciendo tanto revuelo? Era tan detestable para ella hacer creer a la gente que ellos estaban casados?

Candy estaba dudando en "fingir" ser la esposa de Terry... "fingir"... porque que eso era lo que ella quería con todo su corazón, que deseaba como hubieran sucedido las cosas... era muy duro, era un sueño vuelto realidad debido a la misión... sólo que ella no quería mostrar que estaba feliz.

- Terry, no necesitas alzar la voz. Soy perfectamente capaz de fingir ser tu esposa. Todo lo que tengo que hacer es pensar en Michael.

Tenía que pensar en Michael para fingir ser su esposa? Pensaba Terry. Su orgullo masculino estaba herido. Ya qué!!

- Sólo finge!! Sigamos -dijo secamente.

Ellos llegaron a la frontera alemana. Había una larga fila y los trámites estaban tomando un sin fin de tiempo. Durante el tiempo de guerra la ley de la selva reinaba. Los oficiales de aduanas eran como los reyes ahí, hacían lo que ellos querían, lo que les complacía. Llegó la hora para el turno de Candy y Terry, finalmente después de largas horas de espera en el frío. Una mujer salió de la oficina llorando y visiblemente afectada... Candy se preguntaba qué habría puesto a la pobre mujer en ese estado. Ellos entraron a la oficina. El oficial había puesto sus ojos en Candy, tenía una mirada de deseo carnal...

- Sus papeles están en orden. Son americanos? Qué hace una linda mujer como tú en un lugar como este?

- Estoy con la Cruz Roja para ayudar a atender a los heridos.

- Mmm, mmm, eres una chiquilla, tan dulce, tan inocente...

- Ella es mi esposa -dijo Terry acercándose a ella.

- Tú eres su esposo? -preguntó el oficial escéptico.

- Cielo -dijo Candy- Está bien...

- Pero ya puso el ojo en ti... -dijo Terry.

- Para ti, todos tienen puesto el ojo en mí... -dijo Candy.

- No están aquí para pelear acerca de su matrimonio -dijo el oficial de la aduana- Estoy de muy buen humor, así que tienen suerte... las mujeres casadas son sagradas, por el día de hoy, igual y si son las americanas... las mujeres solteras hoy tienen que pagarme en naturaleza o aquellas que finjan estar casadas pero que en realidad están solas o solteras... -dijo el oficial carcajeándose- O comprar a cualquiera que pudiera estar fingiendo ser su esposo.

SE TERMINO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora