Cap 19

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—yo tampoco debí reaccionar así.  Tengo que comprender que ya no soy una más entre la multitud.  Soy la reina de este lugar y tengo que dar ejemplo como ello—admito dejando mi orgullo hacia un lado

—bueno,  nos vamos? —me pregunta

—anda,  despídete de tus amigos como es debido mientras yo me arreglo el maquillaje

Le sonrío y le doy un beso en la mejilla para luego entrar a palacio y entrar al primer baño que veo para arreglarme mi cara de mapache.

Al salir noto como todos se ríen alegremente de algo que diría alguno.  Me quedo un minuto observandolos,  ellas van con vestidos coloridos y elegantes con peinados refinados.  Tienen mucho estilo.  Su forma de comportarse es cuidada,  cosa que yo no tengo.
Luego los hombres van todos con trajes de chaqueta,  unos claros y otros oscuros pero todos elegantes.

No sé si seré capaz de gobernar.  Me deprimo un poco y noto como de nuevo se me acumulan las lágrimas detrás de los ojos.

Y justo cuando la mirada de Spencer cae sobre mí aún sin detener su risa una lágrima solitaria pasa por mi mejilla hasta perderse cuando cae al suelo.

Me acerco a paso lento y me pongo al lado de Spencer con un intento de sonrisa en mi cara que creo que salió más como una mueca que una sonrisa.

—bueno,  chicos,  nosotros nos vamos que nos espera el jet privado

Todos se despiden de él con un abrazo y conmigo solo estrechan la mano salvo Daniel

—siento lo de ayer mi reina,  el estar en público me superó

—no pasa nada,  entiendo—fuerzo una sonrisa

—eres perfecta para ser una reina,  no pienses lo contrario.  Con el tiempo le irás pillando el truco—dice y luego me abraza como lo hizo con su mejor amigo

Ambos nos montamos en el coche y salimos rumbo al aeropuerto.

Por el camino voy mirando por la ventana sin echar cuenta a nada.  Como dicen,  mirando a la nada pensando en todo.
Pero el ruido de una ventana al cerrarse me hace salir de mi ensoñación.

Me giro hacia Spencer y noto como cerró la ventana que une la parte trasera a la delantera,  dejándonos con nuestra privacidad

—por qué lloraste? —pregunta con la voz seria

—cosas mías —le respondo sin mirarlo

—recuerdas?  Todo lo mío pasa a ser tuyo y todo lo tuyo pasa a ser mío —me recuerda cuando dijo eso el cura

—pero eso no incluía mis pensamientos

—pues yo los incluyo,  dime que sucede—me exige pero con la voz más suave

—no pertenezco a este lugar y nunca podré encajar en él.  Simplemente es eso,  no estoy feliz y eso se me nota—confieso

Un silencio se establece de nuevo en la limusina  y a los segundos noto como me coge de la mano.

Lo miro y veo como me mira fijamente.

—serás una reina espectacular,  no debes temer de ello.  El tiempo te indicará como hacer ciertas cosas pero sabes que me tienes a tu lado para guiarte

—Spencer,  no es solo eso.  Yo no quiero esto.  Dejé mis estudios,  mis amigos,  mi vida joven por meterme en un castillo casada con alguien que apenas conozco en un país desconocido,  y ahora sé que solo me queda esperar a que me obliguen a tener hijos.  No quiero ser una mandada entiendes?  —le respondo con la voz entrecortada—tenía otros planes para mi vida antes del matrimonio y solo pude realizar pocas cosas de ellas.  Quería terminar mi carrera,  conseguir un empleo,  salir hasta el amanecer con mis amigos de fiesta,  enamorarme,  salir con diversos chicos, experimentar lo que es la vida,  viajar y conocer mundo.  Tenía tantos planes que fueron arruinados.  Me siento presa,  presa de un futuro que nunca deseé ni siquiera cuando era niña—confieso liberandome de un peso sobre mis hombros al contarlo

Él intenta responderme pero nos interrumpen al avisarnos de que llegamos.

Me bajo del auto sin esperar a que me abrieran y sin esperar a Spencer.

Al bajar me doy cuenta de que estamos en la pista de despegue y en frente mía hay un gran avión con letras al final que indica que es propiedad de la corona.

Me subo al avión sin esperar ni nada y saludo amablemente a la azafata que nos espera.

Me siento en un sillón individual con un asiento delante mía y en medio una mesita.

Spencer al subir se sienta allí en frente aún habiendo muchos más asientos por otros lugares.

Miro la ventana mientras despegamos y una vez en el aire todavía no despego la mirada de allí.

—Laura,  podemos hablar de lo que me dijiste en el coche? —me pregunta

—no veo de que quieres hablar la verdad,  además,  no estamos solos—le respondo sin mirarle

Sin esperarmelo noto como Spencer se ha levantado y me agarró del brazo para levantarme.

Luego me arrastró hacia una habitación que hay al fondo.
Una vez dentro,  cierra la puerta y le echa el pestillo

—listo,  ahora estamos solos—se mofa de mí

—para ser de la realeza eso no fue muy delicado que digamos—me quejo sobandome donde me agarró previamente

—supongo que aprendo de lo que veo

—no empecemos por ahí Spencer,  llevemos la fiesta en paz—le aviso mientras me siento en la cama matrimonial que hay en el centro de la habitación

Él se arrodilla frente a mí y me coge las manos para que le mire a los ojos

—Laura,  realmente sientes lo que me dijiste?

—por qué mentiría?  No gano nada haciendo tal cosa—me encojo de hombros

—si quieres puedes hacer todas esas cosas aquí,  yo no te lo impediría

—Spencer,  es que no entiendes.  En Estados Unidos solo soy una más,  aquí no.  Si hago cualquier cosa ya está saliendo en las noticias.  Solo me deprime saber que perdí mi juventud al casarme.

—no tienes por qué perderla

—soy reina,  tengo que madurar para poder gobernar en condiciones.  Seré principiante pero no idiota.

Él no responde solo se me queda mirando fijamente haciendo que le calle y lo mire.

Lentamente se acerca a mí y yo como impulso me voy echando hacia atrás.  Un grave error porque al final he acabado con él encima.

Tiene sus brazos alrededor de mi cabeza y sus piernas alrededor de mi cadera.
Parece un animal analizando a su presa.
Me mira fijamente los ojos y luego intercambia su mirada a mis labios.

Ya entiendo sus intenciones.

El pulso se me acelera de los nervios al pensar cuál será su siguiente paso,  la respiración dificultosa.

Es miedo lo que tengo o deseo de que lo haga?  NO,  le prometí a Celeste que no sería como él

~un beso no mata~me responde mi consciencia

Esto no está bien

~tienes que estar el resto de tu vida con este mequetrefe.  En serio piensas estar el resto de tu vida sin tener relaciones?,  no te creo, eres adicta a eso

Pero no debo hacerlo,  le dije que no me acostaría con él y sé a dónde llegará ese beso

~venga ya,  si lo estás deseando.  Un revolcón en las alturas.  Eso no lo hiciste nunca

No estoy segura de que lo quiera hacer

~deja de pensar y déjate llevar.  Tu sabes que está bueno,  tiene que dar duro y eso te encanta.  Además acostarte con él no es ser como él

This Is MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora