Capítulo 12 "Maestro Altin"

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Tanto Yuri como Otabek se separaron bruscamente, con evidente sonrojo en sus mejillas.
El abuelo, los vio, se cercioró que estuvieran bien, saludó a Otabek y dio media vuelta en dirección a la cocina.

En cuanto Otabek se dirigió al baño, Yuri aprovechó ese momento para "hablarle" a cierto minino que estaba acurrucado en el sofá.

-Sé que lo hiciste a propósito heee.

Miró para ambos lados, verificando que el mayor no había vuelto.

-¡Bien hecho!..

Y acarició las orejitas de su gato, el que estaba entregadísimo a sus caricias.

Cuando el kazako volvió al living y observó la escena Yura-Moka, le pareció lo más bonito del mundo.

-¿Qué es lo que no entiendes Yuri?- le preguntó cuándo se sentó a la mesa.

El menor, sacó una por una las cosas de su mochila.
Tanto la mochila, como su estuche eran con diseño animal print.
Cuadernos con tapas en la que destacaba un tigre.
Lapicera y sacapuntas con diseño gatuno.

Y Otabek por supuesto, aquello le pareció lo más adorable del mundo.

-Como te decía Beka- comenzó a contarle- ¡No hay caso, no entiendo, somos incompatibles!

-¡Bueno entonces yo haré que Yura y los elementos químicos se lleven muy bien!- le dijo divertido.

-Como nosotros- se le escapó al menor.

-ajaja sí como nosotros- respondió con evidente sonrojo.

Yuri sacó su tabla periódica, la que en el borde estaba decorada con tiernos dibujos de gatos.

-Los elementos están ordenados según su masa atómica... el de menor número de protones es el hidrogeno...

Y comenzó a indicarle en la tabla, que significaban, la abreviatura, los números, la simbología.
Al tiempo que, para facilitarle el aprendizaje y poder enseñarle para que servía cada elemento, dibujaba su equivalente.

En el potasio, dibujo unos plátanos.
En helio, unos globitos.
El sodio y un frasquito de sal.

Sin embargo, para Yuri, aunque Otabek se esmerará mucho, le era muy difícil concentrarse.
Ver al mayor, su expresión seria y el ceño fruncido, como de un verdadero maestro, le causa mucha gracia.

-Beka- lo interrumpió, mientras aquel dibuja un hueso para explicarle del calcio.

-mm..dime

El ruso colocó su dedo índice en la frente el mayor.

-¡Relájese Maestro Altin!

Otabek se sorprendió, luego relajo su expresión y comenzó a reírse.

Se quedaron un rato mirándose y sonriendo.

Cuando de repente escucharon un gran ronquido y al darse vuelta el gato de Yura, estaba en el suelo durmiendo a pata suelta y roncando como si su vida dependiera de ello.

Se tentaron de la risa y entre bromas y sonrisas, la clase del Maestro Altin, continuó.

Su abuelo les llevó Piroshkis y Otabek, al fin pudo probarlos.

(Recordemos que los anteriores fueron a parar a la casa de cierta pareja... )

-¡Yurii, esto es realmente delicioso!

-Sii- sonreía Yuri mientras Otabek comía.

-Hay un versión, que mi abuelo hace "Los Katsundon- Piroshkis", que son aún más deliciosos! - dijo orgulloso Yuri.

¿Patinemos? NO!!  ¡Juguemos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora