Capítulo 22 "Semes, Uke y...¿Versátiles?

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Aquella noche terminó más temprano de lo previsto.

Víctor y Yuuri, junto a Otabek y Yuri, volvieron mucho antes de lo que planeaban.

¿La razón?
El Horno.

Y es que Yuuri seguía con sus aprensiones de si lo había apagado o no.

Para tranquilidad suya, efectivamente estaba apagado.

Sin embargo, el desastre que había en la casa tenía dos responsables:

Moka y Maka.

Las mascotas sacaron los rollos de papel higiénico de los baños y se dedicaron a jugar con ellos.
Unas masetas de plantas que tiene Yuuri, también sufrieron sus juegos.

Alexander por su parte, volvió a su casa, no sin antes despedirse con una gran sonrisa de su admirador.

Yuri y Víctor, tenían una discusión por cuál de las mascotas había empezado el desmadre.

Otabek, estaba sentado con la mirada perdida en el sillón más grande de la casa.

En frente suyo, estaba una caja que contenía todos los regalos que aquella noche había recibido, así como la camiseta y la banda de Segundo Capitán.

Yuuri notó aquello.

-¿Otabek que pasa? Has estado callado desde que llegamos a casa -preguntó preocupado, y sentándose a su lado.

Este pequeño gesto bastó para que los dos rusos dejaran de pelear.

Suficiente habían tenido con lo de la tarde.

-Cuando estaba arriba, recibiendo la camiseta, por un instante me pareció ver a mi padre -tomó un poco de aire, para después continuar -Pero de seguro es imaginación mía.

Ni Víctor ni Yuuri conocían de apariencia al padre de Otabek, Yuri apenas lo recordaba.
Pero esa noche más de una vez se lo toparon.
Y aunque Víctor parecía haber visto un rostro similar al del kazajo, el vodka a esa altura no lo dejaba pensar bien.

La conversación cambio de tema, como una rara pero bonita familia, los cuatro estaban en el living.

Yuri recostado en el sillón y apoyaba su cabeza en la piernas de Otabek, mientras él le hacía cariño en el cabello.

Víctor y Yuuri en lo mismo.
Moka y Maka durmiendo, el gato arrellenado encima del cachorro.

Se acordaban de Alex y se tentaban de risa.

Beka, les contó de cuando lo conoció.

De lo difícil que había sido para él volver a Rusia, porque en Canadá y gracias a Jean, sintió como Yuri, se removía de tan solo escuchar ese nombre. Él se había integrado muy bien allá.
Son embargo y por la rivalidad que ambos países tenían en los temas relacionados al hockey, tuvo que prácticamente empezar de cero, para integrarse al equipo, y ese día conoció al buen Alex.

-Pero , ¿Cómo? llegaste y .. ¿Qué le dijiste?, que accedió tan rápido a ser tu amigo -lo interrumpió Yuuri.

-Simplemente le pregunté si que quería ser mi amigo o no -respondió con honestidad.

Los tres se imaginaron la escena y les fue inevitable no reírse.

-Yurio, ¿También fue así contigo cuando te pidió que fueran novios? -Víctor tenía curiosidad.

-¡Menos mal que NO! -fue su respuesta.

-Igual me habrías dicho que sí ¿O no?
Y el rubio le aventó el cojín que estaba abrazando.

Horas después, cuando ya se les cerraban los ojos y era hora de acostarse.

¿Patinemos? NO!!  ¡Juguemos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora