Capítulo 17 "Un Secreto que ya NO es tan Secreto"

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Mamá: Hijo volveremos antes. Besos

Cuando ese mensaje llegó al celular de Otabek, aquel ya se encontraba en el segundo piso jugando con su hermanita y Yuri.

Tenían una suerte de competencia entre él y su novio, por quien hacía la más bonita de las trenzas a la pequeña.

Lo que no sabía el ruso era que el mayor acostumbraba a peinar el cabello de su hermana, por lo que no era una tarea difícil.

Sin embargo, Yura competitivo no se quedaba atrás.

-¡Oie Beka no se vale!- gritó cuando aquel ya había terminado la bonita y perfecta trenza.

-Ya te dije Yura, ¡no tienes que competir conmigo!

-¡Ashhh!

-¡Beka siempre me peina antes de ir al colegio Yuri!- aclaró la pequeña.

Lo que hizo que el chico ruso se ofuscara, cruzara los brazos y sentara refunfuñando en un rincón de la cama, alejado de los hermanos.

-¿Qué pasa Yuri?- le preguntó sentándose a su lado y pasando su brazo derecho por sus hombros.

-¿Por qué a mí nunca me has peinado?- le preguntó indignado.

-¿he?- contestaron ambos hermanos.

-Mira Yuri yo te puedo despeinar si quieres....pero...

-¡OTABEK!- Yuri le gritó y de paso también lo golpeó.

Y el mencionado prometió mentalmente que dejaría de escuchar tanto a su amigo Alex.

-ajajaj perdón,  pero a lo que voy es qué tu cabello no es tan largo..

Sintió lo ojos inquisidores encima suyo.

-¡ok lo haré! ¿Peque me ayudas?- dijo resignado.

Y la niña acompañó a su hermano en la tarea.

Si bien el cabello de Yuri no era tan largo como el de Lena, lo tenía en una bonita melena que hipnotizaba al mayor con su aroma a vainilla.

Primero probaron con una coleta y una coleta en trenza, sin embargo el mechón rebelde de Yuri insistía en no querer unirse al resto del cabello en el peinado.

-Lena, préstame la cajeta de pinches- le habló a su hermana.

-¿Qué vas hacer?- aquello ya le estaba preocupando.

-SHH ¿Quién es el peluquero aquí?- le recordó.

Y el rubio prefirió mantener la boca cerrada.

Otabek, soluciono el problemita del siempre rebelde mechón, colocando un pinche amarillo.

-¡Listo!- y le pasó el espejo al menor.

-¡Woo esto esta genial!

-Te ves más lindo de lo habitual Yuri- comentó Beka.

Y aquel se sonrojo, en otros tiempos y a otra persona un comentario así habría recibido una patada como respuesta.

Pero Otabek, era Otabek...su Otabek.

A la coleta se le agregaron las coletas a ambos lados, las trenzas pequeñas, los bucles.

La pequeña ya se había dormido, cuando ellos seguían con los peinados y decidieron que ya era hora de preparar algo para comer.

-Quédate con esa coleta ¡Me gusta!- el ruso, asintió contento.

Y así tomados de la mano bajaron hasta primer piso.

¿Patinemos? NO!!  ¡Juguemos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora