UN NUEVO COMIENZO

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Al entrar a la cocina,  Amílcar  vio a los niños con la cabeza gacha mientras Dracul les llamaba la atención por haber tratado mal a Amelia.

A penas los niños vieron a Amílcar, se pararon de un salto y se pusieron al lado del demonio,  habían olvidado por completo que los estaba regañando.  Amílcar al ver esto sonrió, pues si no lo estuviera viendo, jamás los creería.

Dracul vio los pensamientos del lobo pero no hizo ningún comentario.  Le hizo una seña al lobo para que se acercara y lo presento a los niños.  Ellos lo miraban con desconfianza, pero al cabo de un rato  se fueron sintiendo más cómodos a su lado.  Harek, Oren y Vestein miraban a Dracul sin poder creer que fuera un demonio y ellos hubieran estado a su lado Durante tantos días sin notar nada.

Dracul, los niños y el lobo  estaban agotados, las últimas horas habían sido estresantes y en algunos casos angustiantes.  Pero había mucho por hacer.

Los niños y el lobo se fueron  a recorrer el primer piso y alrededores fuera de la casa mientras Dracul fue al otro lado del país en busca de dos hombres que sin duda le serían de mucha ayuda al lobo en aquel lugar,  luego iría por una madre y su  hija para que se sumaran al personal del orfanato.  El demonio sabía que Amílcar quería a sus hermanos cerca y  no le parecía una mala idea, pero primero tenía que hablar con ellos y ver si estaban de acuerdo.  Ellos ya eran libres y  cada uno podía elegir como vivir.  A Amílcar no le había dado  muchas opciones al sacarlo de aquella manera de su casa, pero no  el lobo no estaba teniendo una buena vida. 

Para el anochecer, Markko y Eleazar hijos, se habían sumado al personal del orfanato.       No les gustó mucho ver aparecer de repente a Dracul en su hogar, pero siempre tuvieron presente que el demonio iría a ellos por cualquier  motivo. Después de todo   habían sido cazadores.  A Amílcar casi le dio un infarto al verlos y miles de recuerdos volvieron a su mente, se alejó rápidamente de los niños antes de perder el control y cambiar frente a ellos.  Dracul le dio el tiempo suficiente para calmarse y luego fue a hablar con él.    Los ex cazadores, también hablaron con el lobo y le aseguraron  que estaban en igualdad de condiciones en aquel sitio,  los cazadores ya no existían y él no era un esclavo y jamás lo volvería a ser.    Al  Lobo le costó creer las palabras de los cazadores pero decidió creer en ellos y ver como resultaban las cosas.

Dracul uso sus poderes y  entro en la mente de Markko y Eleazar y  les mostro la historia de aquel lugar y de los niños, fue suficiente para que ambos hombres  aceptaran quedarse y trabajar junto al lobo para sacar adelante a los niños y a aquel  desdichado lugar.

Mientras los niños dormían plácidamente, los adultos hablaban en el comedor  acerca de los arreglos que necesitaba el lugar y de donde sacar los recursos para ellos. Dracul los oía atentamente sin intervenir, mientras él también pensaba y sopesaba las opciones.

Cuando Amílcar sugirió pedir ayuda económica a los otros lobos o a los vampiros, el demonio se acercó a  la mesa y les dijo que no era necesario,  él ya sabía de donde saldrían los recursos para reparar y mantener el lugar.  Les aseguró que  al día siguiente estaría todo solucionado.

Ellos quisieron saber más,  pero como era de esperarse el demonio  no dijo nada más y los mandó a acostarse, pues  los niños despertaban temprano, y  él tenía asuntos que atender.

Los tres hombres se miraron pero no dijeron nada, obedecieron al demonio, no sin sentirse como críos ante la orden de su padre.

Dracul se paseó por el lugar hasta que todos estaban dormidos en el orfanato.  Sus poderes habían disminuido bastante, pero estaba seguro que aún podía hacer un viaje  más de ida y vuelta. 

DRACUL ( IV libro, Serie La Niña Y Los Monstruos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora