AMILCAR

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Le dio una última mirada a la habitación del lobo y luego se lo hecho al hombro como si fuera un costal de papas, toco el baúl y desaparecieron de allí. En menos de un segundo estaban en el orfanato. Lo llevo hasta uno de los cuartos vacíos y lo dejo sobre la cama. Hizo aparecer su baúl allí y corrió las cortinas para que siguiera durmiendo. Fue a darles una mirada a los niños y luego fue hasta la pensión para ir por Harek, Helkan, Oren y Vestein.

Tomo la forma de Demian antes de hacerse visible a la entrada de la pensión, se miró en el vidrio de la puerta para asegurarse de haber tomado la forma correcta esta vez. Llamo a la puerta y la misma mujer de siempre atendió al cabo de unos minutos. Lo recibió con una sonrisa, pero era evidente la perturbación en ella. Había muchas personas dando vuelta por la pensión, Demian fue directo al cuarto que ocupaban los niños para ver cómo estaban. Los muchachos estaban en pie mirando por la ventana y hablando en voz baja, preguntándose qué era lo que había pasado durante la noche.

Demian golpeo suavemente la puerta y ellos se quedaron en silencio. Vestein fue a abrir y se alegró muchísimo de ver a Demian. Lo tomo del brazo y lo hizo entrar en la habitación, los otros tres niños se abalanzaron hacia él y empezaron a hacerle un montón de preguntas.

Demian se alejó de ellos pues lo estaban poniendo nervioso con la cercanía y el zarandeo que tenían con él. No se sentía para nada cómodo cuando alguien estaba muy cerca, y mucho menos cómodo si lo tocaban, aunque fuera de manera inocene. Simplemente no lo podía soportar.

Una vez que los niños se calmaron un poco, Demian les dijo que ya podían volver al orfanato, no había ningún peligro para ellos o los otros niños. Él ya se había encargado de todo, pero no les explicaría como. Les dijo que los otros niños les dirían lo que había pasado ya que ellos lo habían presenciado todo. Aun Dracul no entendía como no había sentido la presencia de los niños, aunque daba dar gracias por ello, pues de lo contrario los habría asesinado.

Oren retrocedió enseguida ante la idea del volver a aquel lugar, los otros no se veían más convencidos.

Dracul les pregunto si confiaban en él. Los niños asintieron inmediatamente, pues era cierto. El demonio les apunto hacia la puerta y los niños palidecieron, pero lentamente fueron arrastrando los pies para salir de allí.

Cuando iban por la calle había gente yendo de un lugar a otro y todos comentando lo que había pasado durante la noche. Había poco más de cien personas muertas en la ciudad y hasta ahora la causa de muerte era la misma. Las personas solo se habían desplomado, no habían sufrido, ni gritado, ni mostrado ningún síntoma de enfermedad.

Los niños pasaban rápidamente por la calle pues la gente los miraba con mala cara, como si ellos fueran los culpables de algo.

Al llegar frente al orfanato, los niños se detuvieron abruptamente, pues no querían volver a entrar en ese lugar. Demian les dijo que no tenían nada que temer, pues la directora y sus ayudantes ya no estaban en el orfanato, solo los niños estaban allí. Y estaban durmiendo tranquilamente en el primer piso, en las habitaciones bonitas. Los cuatro niños lo miraron sin creer nada de aquello. Demian suspiro cansadamente y les dijo en tono poco amable que entraran de una buena vez, tenía cosas importantes que hacer y ellos solo lo estaban retrasando.

Una vez que los niños entraron se quedaron en su lugar, casi esperando ver aparecer a Raquel para golpearlos por haber huido. En vez de aparecer Raquel, apareció la pequeña Amelia con su cabello revuelto y cara de sueño. Al ver a los niños se puso a reír y a llamarlos en voz alta, esto despertó a los demás y todos los niños salieron al encuentro de los recién llegados.

DRACUL ( IV libro, Serie La Niña Y Los Monstruos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora