Dracul usó sus gastadas energías para hacer invisible a los ojos de los humanos la entrada a su cueva. Estaba sentado entre estos niños, mirándolos como devoraban aquel hermoso novillo que él había robado de un granjero. Lo había escogido cuidadosamente, pues era el más gordo de todos los que había allí. Su carne había estado deliciosa, y ahora tendría que salir a robar otro, pues los cinco niños que tenía a su alrededor estaban comiendo con menos modales de los que él tenía. Y lo habían llamado a él "asqueroso y repulsivo". Si el vampirito llamado Luka viera a esos niños en esos momentos, probablemente tendría un ataque ante la falta de modales._"Hay algo allí, ¿lo ven?" Pregunto el más pequeño de los niños.
Dracul se quedó de piedra, pues ninguno de ellos tenía porque sentir su presencia.
_" ¿Tú también lo notaste?, creí que solo era yo"
Los tres niños miraban a Helkan y a Harek sin entender de qué hablaban, Dracul veía sus pensamientos y por más que buscaba en sus mentes no tenía idea de cómo era posible que esos dos niños pudieran sentir su presencia. Recordó en aquel momento a Amílcar, el lobo que también lo sintió cuando estaba en la prisión, el lobo tenía sangre nórdica por eso su percepción era diferente a la del resto, se dijo que quizás los niños frente a él también tenían sangre Nórdica, y por eso lo habían sentido. Estos niños eran pequeños, no podía ser posible que tuvieran esa sangre, si los últimos nórdicos habían muerto hace mucho tiempo atrás.
Los niños se pusieron de pie y se acercaron lentamente a la presencia que sentían. Dracul se quedó en el lugar en el que estaba, aguardaba a ver qué harían a continuación. Ellos se acercaron poco a poco mientras los otros dos los miraban sin entender que hacían o de que hablaban.
Una vez que llegaron a él, Dracul uso más de sus poderes para que ellos no lo pudieran tocar. Sus manos traspasaron su cuerpo una y otra vez mientras ellos seguían tratando de tocar lo que sabían que había allí.
Después de varios intentos desistieron, Dracul usó aún más de sus poderes y los niños dejaron de sentirlo. Se alejaron del lugar y volvieron a su puesto, pero sin dejar de mirar cada cierto rato en dirección a donde Dracul estaba.
Cuando los niños se quedaron dormidos Dracul se puso de pie y se acercó a los dos muchachos. Sin que ellos se dieran cuenta tomo su muñeca y la lamio varias veces, con esto adormeció el lugar y luego hizo un pequeño corte para probar su sangre. Efectivamente tenían sangre nórdica, y habían llegado al orfanato cuando apenas eran unas criaturas. No recordaban nada de sus padres o su vida antes de ser dejados allí.
Dracul sabía que probablemente sus padres lo habían hecho para salvarles la vida, pero no tenían idea de cómo era la vida en aquel lugar. Lo mejor que habían hecho era huir, pero no tenían un buen futuro huyendo como lo estaban haciendo. Tomó la muñeca de los otros niños e hizo lo mismo. Cuando probó la sangre del más grande, estuvo a punto de rugir de rabia y horror. Él era el más grande del grupo y quien sabía realmente los horrores a los que eran sometidos algunos de los niños de aquel orfanato Llegados a cierta edad, sus vidas se volvían un verdadero infierno.
Dracul dejo de beber su sangre y absorbió algo de la rabia, la vergüenza y el desasosiego del joven muchacho. Sus fuerzas se incrementaron notablemente.
Se juró que no volvería a cometer una estupidez tan grande como atarse a una promesa, pero podía ayudar a esos niños a tener un mejor futuro y de paso ayudar a los otros. Como premio por su buena acción gozaría asesinando a los monstruos que gobernaban aquel lugar, Y se haría una idea de cómo era la vida de los seres humanos.
Miró a los niños durante bastante rato hasta que supo cómo se presentaría ante ellos.
En un abrir y cerrar de ojos ya no era Dracul, el demonio poderoso, despiadado y cruel que tenía rostro horrible, cicatrices y cortes sangrantes por todos lados. Además de dos intimidantes alas. Ahora era un muchacho de apenas un metro cincuenta, con el cabello a ras del casco y delgado al igual que los otros. Sus ojos eran color café oscuros, casi negros. Sus ropas se veían muy parecidas a las de ellos, solo que más harapientas y sucias.
Miró su reflejo en el agua del riachuelo y se sintió conforme. Se veía tan desgraciado y desdichado como ellos. se dio un baño y lo gozo como no recordaba haberlo hecho antes. En su forma demoniaca no lo hacía pues su inhumanidad y esencia demoniaca afectaba todo lo que tocaba con sus piel.
De la manera más triste había descubierto que no podía tocar nada que fuera bueno o puro, pues lo destruía en ese mismo instante. Al salir de su cautiverio en aquella catacumba, había caminado por un bello paraje , con muchas flores y animales silvestres recorriendo el lugar. Camino por el bello lugar sin darse cuenta de la mortandad que iba dejando por donde pasaba. No fue hasta cuando el olor a podredumbre y descomposición se hizo insoportable que miro a su alrededor y vio el horrible paisaje detrás de él. Todo estaba muerto, los árboles, las flores, los animales y aves se descomponían de manera acelerada frente a sus ojos, solo había muerte en lo que había sido un bello paraje.
Una sombra paso por sobre su cabeza, al mirar vio una pequeña ave volando cerca de él, sin dudarlo la toco y esta murió enseguida. En ese instante entendió que él era el culpable de todo aquello.
Se devolvió a la cueva y no salió de allí en muchos días. El lugar apestaba cada día más, pero no se atrevía a dejar el lugar. No quería causar más muertes y acabar con lugares tan bellos. Después de rebuscar durante días entre los restos de aquellos desgraciados, que en algún momento habían sido tirados en aquel lugar antes que él, encontró unas ojotas y unas ropas oscuras que lo cubrían por completo.
Se aventuró a salir nuevamente y esta vez no destruyo nada a su paso. Desde aquel día se aseguró de jamás tocar algo bueno y puro con su piel. Desde esa vez usaba ropas negras y su cuerpo estaba siempre cubierto por completo. No quería volver a matar algo tan bello como aquel paraje. A pesar de los años y el olvido de muchas cosas, este lugar seguía estando en su recuerdo.
Una vez que salió del agua se vio a si mismo limpio por primera vez en mucho, mucho tiempo. Se vistió rápidamente y fue hacia donde estaban durmiendo los niños. Antes de llegar a ellos pensó en lo que hacía y consideró sus opciones, no quería cometer errores, aunque debía admitir que quería saber que era vivir como ser humano, y no solo verlo a través de los ojos de ellos.
Se dijo que si le gustaba quizás podría vivir entre ellos y ser parte de sus vidas. Aunque ya no tendría sus poderes, pues cuando tomaba forma humana, era solo inmortal, nada más. Sus asombrosos y nada ordinarios poderes desaparecían por completo. Solo su intuición y su descomunal fuerza serían sus armas en el mundo humano.
_"Quizás no se buena idea" dijo en voz baja
_"Que no es buena idea" dijo uno de los niños
Dracul se quedó helado. Miro a los niños y los cinco estaban de pie mirándolo sospechosamente.
Grandioso pensó Dracul. Ni siquiera los había oído ponerse de pie,tampoco acercarse a él. Su aventura había empezado de maravilla.
ESTÁS LEYENDO
DRACUL ( IV libro, Serie La Niña Y Los Monstruos)
VampiroLibertad, eso era lo que sentía Dracul ahora que no estaba atado a ninguna promesa o juramento de ningún tipo. Dracul cree que es un ser totalmente despreciable e incapaz de amar o tener algún sentimiento bueno hacia un ser humano. Todo lo qu...