SOLO QUIERO VIVIR

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Dracul estaba inmóvil mirando al par de vampiros parados frente a la reja del orfanato, todo en él le decía que fuera hacia ellos siendo invisible, se lanzara contra ellos y bebiera hasta la última gota de su sangre, para así aliviar sus malestares y volver a tener la vitalidad que tanto extrañaba y ya no tener que irse del orfanato, y abandonar a sus queridos niños y a los adultos que lo habían aceptado a pesar de lo que él era.

André abrió la reja y tomo la mano de Carmina para que entraran juntos. Dracul estaba parado frente a ellos, todo había desaparecido a su alrededor, de lo único que era consciente era de la sangre que fluía en las venas de los dos vampiros. Se saboreaba sin poder evitarlo, ya no estaba pensando cuerdamente, sus garras estaban listas para desgarrar y sus colmillos listos para morder el cuello de los vampiros. Retrocedió un paso y se preparó para atacarlos, casi podía saborear la sangre en su boca.

_ ¿Este es el lugar?"

Carmina y André se volvieron al oír la voz de William. Se quedaron sin aliento al ver a todos los vampiros de la ciudad subterránea y a varios lobos yendo directo hacia ellos.

Luka y Cronos también estaban entre el grupo, se veían bastante nerviosos.

Dracul observaba con rabia e impotencia como todos aquellos a los que había liberado estaban allí. Ya no podría asesinar a los vampiros y alimentarse. En esos momentos él no era rival para nadie. El demonio temblaba de rabia, quería rugir de frustración.

Amílcar, sus hermanos y los hermanos Leppala estaban mirando por una de las ventanas y les gustaba cada vez menos lo que veían, no les importaba ver a los vampiros y lobos allí, lo que les preocupaba era Dracul, sabían que debía haber visto a Carmina y a André, estaban seguros que estaba allí cerca de ellos siendo invisible. Lo que significaba que se estaba agotando cada vez más, y su autocontrol debía ser casi inexistente.

No sabían que hacer, si salir al encuentro de los que habían llegado o quedarse allí por si es que debían proteger a los niños y las mujeres, si Dracul perdía el control y atacaba, ellos habían decidido rápidamente que no irían en ayuda de los recién llegados, tomarían a los niños, las mujeres y saldrían lo más rápido del orfanato. Ellos eran su prioridad, los demás se las tendrían que arreglar como pudieran. Nadie los había invitado al orfanato, ni tenían nada que hacer allí, si algo les sucedía sería por culpa de ellos mismos.

Un ruido llamo la atención de los lobos, Eleazar instintivamente llevo su mano al cinto para tomar su espada, pero ya no era un cazador, no llevaba una espada consigo, maldijo por lo bajo y miro a su hermano Markko. Elicio hizo un gesto con la cabeza a sus hermanos y luego se alejó con Eleazar para ver que había sido lo que oyeron, Key y Markko fueron en dirección a los niños. Amílcar se quedó en su lugar mirando lo que sucedía fuera del orfanato. Vio a algunos vampiros y lobos dispersarse por el lugar y avanzar poco a poco hacia la gran casa. El lobo dejo que sus manos se transformaran en garras y que su cuerpo se preparara por si es que debía cambiar rápidamente. Iba a atacar a quien tuviera que hacerlo, no le iban a arrebatar su nueva vida tan fácilmente.

Se quitó la camisa y las botas mientras pensaba que hacer.

Dracul no lo soportó más, antes de decidir qué hacer, uso lo último que quedaba de sus inexistentes poderes y trato de ver el futuro de los vampiros a su alrededor.

Desapareció del orfanato apenas tuvo las visiones. Miro las embarcaciones que había en el puerto al que había llegado y trago con fuerza. Ahora sabía porque le temía tanto al agua en grandes cantidades, pero si todo lo que había visto se cumplía, todo lo que le había pasado y le pasaría en las próximas horas, y en las próximas décadas valdría la pena y el sufrimiento por el que pasaría.

DRACUL ( IV libro, Serie La Niña Y Los Monstruos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora