━━「 Sirius 」━━
Desde el primer momento en el que mi carta de Hogwarts llegó a casa supe que mi vida daría un gran vuelco. Me había resignado a seguir con las creencias de mi estúpida familia y con sus practicas ortodoxas que yo nunca había querido continuar como se supone que debía. Pero allí estaba; en Hogwarts. En la casa de los leones, ni más ni menos que el enemigo de cualquier Slytherin. Y con el grupo de amigos más variado pero genial de toda la escuela... con unas personas maravillosas que esperaba poder conocer más a fondo, pues había sido solo el primer día y habíamos conseguido crear entre todos nosotros una especie de vinculo, sobre todo después de mi ataque de ansiedad ante el miedo que irremediablemente le tenía a mi madre.
Me revolví en la cama incomodo y soltando un bufido ante la molestia y vergüenza que me dio pensar en la imagen de chico débil asustadizo que había dado nada más llegar. Estuve en una especie de trance desde que fui seleccionado hasta que, de forma que aún desconozco, llegue a mi nueva habitación. En cuanto sentí las primeras lagrimas y escuché, como si estuvieran muy lejos, las preguntas llenas de preocupación de los demás supe que me había venido abajo sin remedio. Pero, en vez de reírse de mi o de hacer algún comentario satírico al respecto, los tres comenzaron a pensar en un plan hasta que a Remus se le ocurrió ir a hablar con Dumbledore, James ofreció la capa invisible que le había legado su padre para no ser vistos y Peter comenzó a preguntarme por cosas tan triviales como mi comida favorita para distraerme y consiguiendo algo parecido a una risa de mi parte de vez en cuando. Y luego estaban Lisa, quien no hizo ningún comentario sarcástico o me dirigió alguna mirada de pena contrastando con lo que me esperaba , y Lena, que me calmó como nadie nunca había hecho y me llenó del valor que necesitaba para afrontar todo lo que se me venía encima. Reprimí un escalofrío acurrucándome entre las sabanas, dispuesto a dormir.
Un jadeo seguido de unos quejidos suaves volvieron a ponerme alerta. Al principio pensé que alguien o algo había entrado a la habitación, pero mientras aproximaba la mano a la mesa de noche buscando a tientas mi varita un movimiento brusco en la cama a mi derecha me hizo cambiar de opinión.
-James -Llamé, sentándome en el borde de la cama, intentando llamar su atención. Pero creo que si hubiera caído una bomba en aquella mismísima habitación tampoco se habría dado cuenta. Me acerqué a el cuando vi que intentaba tomar aire pero no era capaz -Sh.. Tranquilo, mírame -El hizo lo que le pedí sin aun poder respirar bien. La luz de la luna de madrugada le incidía justo en la cara, dándole un aire fantasmagórico con aquella expresión de terror que tenía -Toma aire con la nariz hasta llenar tus pulmones, sostenlo durante un rato y después suéltalo con la boca lentamente -Poco a poco, y siguiendo mis instrucciones, consiguió calmarse sin despertar a los otros dos, que habían tenido drama suficiente por aquella noche al parecer -¿Mejor? -Cuestioné con una sonrisa ladeada, el asintió mas tranquilo mirando a un punto fijo en la habitación antes de alzar la mirada directamente hacia mí.
-Ha sido tan real -La perplejidad de su expresión aun mostraba estragos del terror de antes y su voz salió algo cortada. ¿Qué cosa tan horrible habría soñado para ponerse así?
-¿Que has soñado? -Cuestioné exteriorizando mi duda de forma más suave. El tragó saliva antes de hablar meciéndose el pelo con un paso de su mano.
-Estaba en una casa pero no era la mía... Era muy bonita... -Frunció el ceño, como si extrañara recordar cosas buenas después de despertar de aquella manera -Yo estaba feliz al principio porque había conseguido que los niños se fueran a dormir... Creo... Creo que eran mis hijos... -Admitió con una suave sonrisa que se agrandó a su siguiente frase -Escuché la voz de una mujer por las escaleras,mi mujer ,que se dirigía a la habitación de los bebes. No recuerdo lo que decía pero me sonaba familiar -La tranquilidad que el cuadro que había creado le había brindado, explotó como una pompa antes de continuar -Entonces escuchamos un estruendo, venía del piso de abajo por lo que grité a la chica que se quedara con los niños y yo bajé a mirar. Alguien tiró abajo la puerta, Sirius -Dijo dirigiéndose directamente a mi con voz temblorosa -Venía a matarme a mi y a... a mi familia.
Me costó unos segundos para volver a recobrar la voz, pues aquel relato me dejó helado. Y quizás también el hecho de que estuviera de pie al lado de la cama descalzo con el frío que hacía. Pero eso le quitaría dramatismo a la situación y no sería divertido.
-Seguro que es solo un sueño -Aseguré queriendo quitarle hierro al asunto. James negó enérgicamente con la cabeza, aún algo cohibido y preocupado por algo que no sabía si quiera si de verdad iba a pasar. Porque era imposible, ¿Verdad?
-¿Nunca has escuchado hablar de los sueños premonitorios? -Cuestionó en voz algo más alta consiguiendo que le tapara la boca con una mano y que rezara a Dios, nuestro señor, con la otra viendo a Remus moverse molesto en su cama. Peter dormía, seguramente el tampoco habría reaccionado ante una bomba.
-¿Nunca te han dicho que bajes la voz si hay gente durmiendo? -Pregunté, volviendo la vista a mi amigo, quien sonreía bajo mi mano divertido ante mi preocupación -¿Tienes idea de lo que Remus es capaz de hacernos si le despertamos? ¡Ya nos avisó en el tren, como se enfade no habrá peligro de que te mate nadie más porque el lo hará antes!
Las sabanas fueron bruscamente apartadas cuando Remus se incorporó en su cama, dándome a entender que había sido yo quien, irónicamente, le había había despertado por mi alto tono de voz.
-Si no estuviera tan cansado, seguramente habría seguido las ideas de Sirius -Comenzó con voz solemne y ronca por el sueño mientras James y yo le mirábamos asustados -Pero, al ser la primera noche, os voy a perdonar la vida -Soltamos un suspiro de alivio al tiempo que Remus nos regaló una sonrisa -A cambio de cinco ranas de chocolate -Antes de que nos quejáramos por el coste de su misericordia, nos interrumpió con voz firme -Cada uno -Aquella pequeña personita rubia, llena de cicatrices y, en resumen, de aspecto angelical era uno de los mejores chantajistas que había conocido en mi vida y solo solía mostrarlo abiertamente con los suertudos de sus amigos, osease, nosotros -Las chocolatinas o vuestras vidas, ¿Y bien?
La sonrisa con la que concluyó prometía una serie de bromas y artimañas llevadas a cabo por la mente más brillante y perversa de todo Hogwarts, lo cual nos hizo responder rápido.
-Mañana por la mañana tendrás la chocolatinas para desayunar -Su cara se iluminó de ilusión y satisfacción y James y yo intercambiamos una mirada divertida.
-No os acostéis muy tarde y no os aprovechéis de mi generosidad porque no seré tan benevolente la próxima vez -Y dicho esto, volvió a dormir.
Durante un rato estuvimos rememorando el momento y volviéndonos a fundir en carcajadas ahogadas en susurros hasta que decidimos que aquella noche no duraría para siempre, aunque lo pareciera de verdad, y que teníamos que volver a dormir.
Volví al calor y la satisfacción que las mantas y a la suavidad que las sabanas me brindaban, permanecimos unos instantes en un reverencial silencio antes de que la voz de James sonara leve en la oscuridad.
-¿De verdad crees que no pasará? -Su preocupación y el miedo con el que lo preguntó me encogió el corazón.
-Por supuesto que no -Aseguré con sincera creencia -¿Qué te hace pensar que alguien querrá casarse contigo? -El silencio de antes fue lo que precedió al cojín que impactó justo en mi cabeza.
Mi vida había dado de sopetón un gran vuelco, si, pero ahora tenía algo que no poseía antes; esperanza.
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Ginger Twins ➳ Primera Generación
Fanfiction❝Fuera magia o no, ese fue el comienzo de los años más felices, divertidos y extraños de mi vida❞ • ────── ◦☪◦ ────── • [ Historia en edición ]