Capítulo 20

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"No hay que tener miedo de la oscuridad. Tienes que recordar, Lisa, que cuando todo se vuelve oscuro es cuando salen las estrellas"

La voz de su padre hizo eco en la memoria de la joven, aquel recuerdo de cuando era una niña que temía más que a nada a la oscuridad y las tormentas. Cuando su padre iba a socorrerla. La abrazaba como si aquel gesto la protegiera de cualquier mal que pudiera acecharla, mientras ella se acurrucaba junto a el. "Estoy contigo" sususurraba. "¿Y donde estás ahora, papá?" solía pensar Lisa.

Como cada miércoles a medianoche, los alumnos se acomodaban el la torre de Astronomía y la más alta del castillo a aprender los diferentes nombres de las estrellas y de los movimientos de los planetas. Lena se encontraba con James, Peter y Remus un poco más lejos de donde ella estaba sonriendo mientras conversaba con James y señalaba las claras estrellas del cielo limpio. Peter y Remus estaban calibrando el telescopio según las coordenadas del libro, pero... "¿Y Sirius?" aquel pensamiento fugaz fué desechado de su mente tan pronto como llegó. Como si le interesara lo que hacía aquel chico que se empeñaba en hablar con ella. Sacudiendo levemente la cabeza volvió a su trabajo concentrandose en su libro de texto. Tanto que no se percató de la presencia de azabache a su lado, el cual, rapidamente le arrebató el libro a la pelirroja y calibró el solo el telescopio. El sonrió y con la cabeza hizo un gesto indicando a Lisa que mirara por el. Ella vaciló un segundo para acercarse y mirar. Observó un cumulo de estrellas y se abstubo de suspirar. Le parecía tan maravilloso el cielo...

-Estas observando la constelación de Orión, mi constelación, que es fácilmente reconocible por las tres estrellas principales que la forman, conocidas como "Las Tres Marías" o "Los Tres Reyes Magos". Son las tres situadas en el cinturón de Orión: Alnitak, Alnilam y Mintaka. ¿las ves?- Susurró Sirius cerca de ella. La chica asintió -Además la constelación de Orión tiene dos estrellas muy brillantes. La primera es Rigel, situada en el pie izquierdo de Orión, y la segunda, Betelgeuse, es una supergigante roja sobre el hombro derecho de Orión.- Siguió diciendo de memoria. Lisa sonreía.

-¿Y quién era Orión?

Contestó queriendo saber más. El sonrió a su vez.

-Orión era un cazador hermoso de gran estatura según la mitología griega. Trabajaba al servicio de Artemisa y con el tiempo la soberbia se apoderó de él. Dice la leyenda que un día llegó a decir que ni el más grande y poderoso animal era rival para él. Poco después un pequeño escorpión le picó en un pie y lo mató. Artemisa pidió a Zeus que lo situara entre las estrellas, y desde entonces la constelación de Orión se oculta por el oeste cuando la constelación de Escorpio sale por el este. Está representado por un guerrero alzando su arco, su espada y cubriéndose del enemigo con un escudo. A su lado se encuentran sus perros de caza: Canis Maior y Canis Minor.

Ella asintió mientras observaba a Sirius hablar totalmente seguro de lo que estaba diciendo.

-Si desde el cinturón de Orión trazamos una línea imaginaria recta- Dijo mientras señalaba al cielo haciendo lineas imaginarias- esta nos llevaría a Sirio, la estrella más brillante del cielo tal y como se ve desde la Tierra. Sirio pertenece a Canis Maior, uno de los perros de caza de Orión. El otro perro, Can Minor, tiene como estrella principal a Procyón. Entre Betelgeuse, Sirio y Procyón se forma el Triángulo de Invierno, prácticamente equilátero.

-"La estrella más brillante del cielo"

Repitió ella sonriendo más.

-Ese soy yo

Respondió el riendo.

-¿Cómo sabes tanto sobre las constelaciones?

El se pasó una mano por el pelo apartandolo de su cara dejando ver mejor sus ojos grises que brillaban traviesos sobre la luna

-En realidad solo se sobre la constelación que lleva mi nombre, encontré toda la información en los libros de mi "casa"- dijo haciendo comillas con los dedos -Durante un tiempo quise investigar sobre mis antepasados... Para ver si encontraba a alguien bueno entre toda la maleza.

-¿Y lo conseguiste?

El negó con la cabeza con una sonrisa triste.

-No hay ningún Black bueno, todos son rastreros, interesados y crueles. Encabezados por mi madre, por supuesto.

Dijo con una chispa de gracia en su voz.

-Pues yo si veo a uno- Dijo ella. El la miró en silencio -Debes de estar orgulloso de ser como eres teniendo una familia así, Sirius. Has rechazado los valores de tu familia porque no te parecían correctos. Has sido fiel a tus creencias y fiel a aquellos que te quieren. Y eso es muy valiente.


Sirius permaneció durante el resto de la noche pensando en sus palabras. Había notado una chispa de calidez y cariño en sus palabras y sobre todo un tono de admiración que había creado en el una sonrisa que aún permanecía ahí. James había bromeado como vengaza de aquella vez en la que Lena y el estuvieron solos mientras el seguía feliz. "Son solo palabras" se decía a la vez que intentaba dormir, pero aquellas palabras habían creado un calor en su interior apartando por un rato aquel frio vacio que había creado su familia. "Que tontería" dijo bajando de la nube para dormir por fin.


Lena no había olvidado las palabras de Sirius a su vez "los chicos son mejores haciendo bromas" "las chicas no sabeis hacer bromas buenas" "¿serás capaz de aguantar?" Por supuesto que era capaz.

Había contado el tema de la guerra de bromas con Sirius a Marlene, Mary y Dorcas. Le habían dado ideas sobre que hacer. La primera broma era muy sencilla y simple pero, conociendo a Sirius, por lo menos le molestaría.

Se levantó de la cama decidida y salió rapida de su habitación al notal a su hermana moverse.

Subió también a la carrera las escaleras que la dirigian a la habitación de los chicos hasta llegar a su puerta

-Alohomora

Susurró acercando su varita al pomo y escuchando como se abría dejandole paso.

La habitación estaba oscura, a tientas caminó por la habitación captando las respiraciones acompasadas de sus amigos.

Se dirigió hacia el baño y sacó el pequeño fraco de color rosa intenso y con una sonrisa lo vertió en el bote de champú de Sirius, el cual llebaba una pegatina con una frase escrita bastamente y en letras mayusculas.

"PROPIEDAD DE SIRIUS ORIÓN BLACK, PETER ES MIO, NO LO TOQUES"

Lena sonrió aguantando la risa mientras metía el fraco vacio en su chaqueta y daba media vuelta encontrandose con Remus.

Ahogó el grito gracias a su amigo que, viendo sus intenciones, le había tapado la boca. Ella sonrió inocentemente.

-Hola querido Remus ¿Que tal has dormido? Veo que no muy bien si te has despertado a las cinco y media de la mañana, asi que te dejo dormir. Buenas noches Rem

Dijo mientras intentaba escapar. El sonreía a la vez que la tomaba del brazo.

-¿Estabas haciendo una broma a Sirius?

Susurró. Ella asintió mirando al suelo.

-Si le hechas esto- Dijo señalando un frasco muy pequeño con un liquido blanquecino en su interior -El tinte le durará un par de semanas más.

Ella lo tomó en sus manos sorprendida

-¿Cómo sabías...?

-Intuición, aunque también está el hecho de que he visto el fraco con el tinte. Apuesto por ti para ganar, no me falles.

Dijo divertido dandose la vuelta y volviendo a su cama. Lena sonrió complacida y añadió el liquido al champú con el tinte. Lo revolvió un poco y lo dejó en el mismo lugar de antes.

-Perfecto...

Susurró dejando la habitación después de sonreir a Remus. "No puedo esperar a que se haga de día" pensó a la vez que sonreía "Preparate Sirius, esta guerra ha empezado y no pienso perder"

Ginger Twins ➳ Primera GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora