ANTES QUE EMPIECES A LEER DALE PLAY A LA MÚSICAS DE FONDO : Rosenfeld- Do It For Me.
A eso de la medianoche entre las sábanas blancas que me envuelven el cuerpo, hay una mujer que se sumerge por debajo de ellas.
Betty es su nombre, una joven de veintidós años quiénes mis padres han contratado como empleada doméstica.
Ella fue sintiendo algo muy sentimental por mí, y eso que tengo quince años de edad. Para ese entonces yo no habia tocado ni experimentado tan si quiera con ninguna mujer, por lo que Betty sería la primera con quién lo haría.
Entre las tantas noches que Betty se encerró en mi habitación, ella se quitaba sexualmente la ropa que llevaba puesta, dejándose nada más la lencería. Con la cual me hacía un baile heroico de deseo y lujuria, mojandome yo con la entrepierna.
Betty se posicionó a mi costado derecho, dónde comienza a rozar su pierna izquierda encima de las mías. Provocandome una sensación en el cuerpo que lo único que deseaba era tener sexo.
Entonces ella tomo una de mis manos y hizo que se la frotara por todo su cuerpo, mientras cierra los ojos y muerde su labios inferior.
-Por favor sigue y no te detengas, Daniel, por que me excita tanto sentir tu mano sobre mi cuerpo, erizando mi piel.
Al escuchar esas palabras provenientes de su boca, me aventuré por primera vez más haya de su desnudez, conduciendo mi mano donde se encontraba su vagina y ahí pude sentir como sus bellos raspaban la palma de mi mano. Pero lo que más me gustó fue cuando toque sus labios lubricados y al sumergirme más haya de ellos era como si metieras los dedos en un frasco de miel de abejas, ese placer tan viscoso que te dan ganas de chuparte los dedos.
Trás la lubricación de sus paredes vaginales, mi dedo anular y el de enmedio entraban con facilidad, dándole como resultado una buena estimulación. Por tanto Betty no era la decepción ya que me ayudaba girando su cintura vertical y orizontal siguiendo el ritmo de mis dedos.
Para entonces el rosar de mi mano en sus labios internos y externos le reproducía una ansiedad a Betty, de quererse quitar la tanga. -Pero yo no se lo permitía.
Debido que me obsesionaba al verle como lubricaba por encima de su tanga, para luego quitársela y saborearla con mi lengua, el sabor húmedo de su vagina.
Betty chupo mis dedos luego de sacarlos de su área íntima, simulando que era mi pene sobre su boca, mientras me decía. -Te gusta papi.
-Si, me gusta. -Pero me gusta más cuando te cargantas con ellos, hasta el fondo de tu carganta, lubricandolos con tu saliva.
Al hacerlo Betty, la arrescoté sobre la almohada de la cama sin que ella dejará de saborear mis largos dedos. Posicionandome yo entre medió de sus ambas piernas, penetrandola al instante.
Gemia cada vez más fuerte por la contracción de sus paredes vaginales.
-Mmmmmm...Oooh!! -Hooo!!...Yes!!
-Hooo!!...Yes!!
Por lo cuál temía que despertara a mis padres.
No quería dejar de hacérselo, ya que era mi primera vez que se lo hacía a una mujer, que tomé la decisión de taparle la boca con mi propia mano, silenciandola por unos cuantos minutos, hasta que finalmente termine por encima de su vagina.
Betty frotó después con sus dedos el semen esparcido en sus vellos nacientes, masajeandose el vientre con éste mismo.
Ojalá que nunca se nos acaben estás ganas de buscarnos y encontrarnos, siempre que queramos. -Dijo Daniel desde la cama.
Espero que no Daniel. - Dijo la chica mientras guineaba el ojo al salir de la habitación del joven, dejando colgada su prenda interior en la perilla de la puerta.
ESTÁS LEYENDO
MALDITA OBSESIÓN
RomanceCuando la amas más allá de su desnudes, valoras su alma y sabes el punto intenso para mover su mundo. "MALDITA OBSESIÓN"