capítulo 9: Alice

1.2K 37 4
                                    

Al salir de aquella habitación, me topé con una red de pasillos, donde sus paredes y alfombras estaban teñidas del mismo color carmesí.

Entonces me echo andar por el largo pasillo cuidadosamente, viendo en sus paredes esos retratos sexuales que excitan rápidamente al expectante. -Hasta que un pequeño gruñido llamó mi atención.

No sabía exactamente si voltear a ver hacia atrás o simplemente salir corriendo por instinto.

Asi que gire mi cabeza lentamente hacia tras, y lo que vi al fondo del pasillo fue un enorme perro, mostrandome cada uno de sus alargados colmillos.

A pasos apresurados iba huyendo del labrador, tratando de abrir cada unas de las perillas que habían en las habitaciones del pasillo. -Hasta que finalmente encontré una sin llave, permitiendome entrar con rapidez.

Al encontrar me a salvo traté de tranquilizar mis latidos, poniendo mi mano sobre mi pecho. Y fue apartir de ese momento que una voz femenina se hizo presente dentro de la habitación.

-¿Qué quieres? Me dijo una mujer que se encontraba de espalda, tras verse en el espejo de una peinadora.

-Perdone usted, pero un perro estaba apuntó de morderme haya afuera y no encontré otra puerta sin llave, nada más que la suya.

La hermosa mujer de piel pálida y de cabello rizado, agarró una copa y la llenó a la mitad. -Sonriendo un poco por lo que le había dicho.

-ocultando mis manos hacia atras, le pregunté si sabía exactamente adónde nos encontrábamos.

Ella se levantó de la silla y le dio un breve sorbo a su bebida, trás acercarse demasiado y echando me un simple vistazo por todo mi cuerpo. -Sintiendo en ese preciso momento su tibia respiración chocando contra la mía.

-¿Dime que le sucedió al resto de tu ropa?

Había olvidado por completo que no aportaba el resto de mi vestimenta. -por el simple hecho que solo había encontrado un pantalón de vestir color negro que ponerme y dejando al descubierto mi torso y pies.

-¡La verdad me desperté sin ella!

-Hmmm...no suenas tan convincente, pero toma asiento. -Veré si logro encontrarte algo en mis pertenencias.

-Ok, dijo Matheus al sentarse a la orilla de la cama.

Alice buscaba entre sus cosas una prenda para Matheus, pero fue interrumpida por una llamada telefónica. -Dejando de hacer lo que estaba haciendo y fue a contestar el teléfono.

-¡Halo! - Dijo la voz femenina.

-Alice solo estamos llamandote para preguntarte si por casualidad haz visto aún sujeto deambulando por el pasillo, de estatura promedio. edad de unos veintidós, de piel trigeña, delgado, ojos cafés claro y probablemente ande desnudo. -si lo haz visto, hazmelo saber y nosotros te recompensaremos con algo de cocaína.

Alice se queda unos segundos en silencio, pensando si se trataba de Matheus.

Entonces el hombre que se encontraba en la línea telefónica le vuelve a preguntar, si lo a visto o no.

-Si, esta conmigo, tu labrador lo trajo hasta aquí.

-Esa si son buenas noticias Alice, ahora necesito que pongas mucha atención sobre lo que te diré a continuación, enviaremos a unos hombres por él, y por favor entretenlo con lo que más sabes hacer.

-Eso ten lo por seguro y no olvides traerme lo que me prometiste.

-Solo cumple con tu trabajo maldita drogadicta.

-¿Quién erá? -Le pregunta Matheus a Alice. -Al ver que Alice se encontraba algo nerviosa al finalizar la llamada.

-No era nadie importante. -volviendo nuevamente a la peinadora y sirviéndose otro trago de whisky para entrar en calor. -Al finalizar su copa le pregunta a Matheus si quiere divertirse un poco.

-Prefiero mejor ir me, esto no está nada bien. - dijo Matheus al dirigirse hacía la puerta.

Alice se encamina rápidamente hacia Matheus y lo toma del brazo. -asustandose rápidamente al verle sus escalofriantes heridas.

-ahora que ya lo sabes, necesito que me des unas vendas. - Para no seguir desangrandome.

Alice corre y toma una de sus sábanas partiendo pequeñas tiras y usandolas como vendaje.

Matheus le agradece y Alice aprovecha para darle un beso apasionado, mientras bajaba su mano en el centro del pantalón de Matheus.

Pero no logra contener ese beso demasiado tiempo, ya que Matheus se aleja de ella.

Alice trató de unir nuevamente sus labios contra los de Matheus, pero se le fue imposible someterlo.

-¿Que te sucede? -Acaso no te gustan las mujeres oh no soy tu tipo de chica. -Al rincónarlo contra la puerta.

-No es eso, solo que no es el momento adecuado para hacerlo.

-Eso no debe de importarte ahorita, yo solo quiero pasar un momento agradable contigo. -Asi que no se diga más, haz me tuya en la cama. -Besando en ese instante su dedo índice y luego presionando ese mismo dedo sobre los labios de Matheus.

Matheus ya no podia seguir conteniendose hacia las tentaciones de una mujer y resistirse a las ganas de hacerla suya. -Ya que su entrepierna palpitaba demasiado fuerte en su pantalón.

Fue entonces que sus manos se cerraron por completo en la cintura de Alice, levantandola al mismo tiempo del suelo y llevándola hasta la cama donde la puso de cuatro patas, desgarrando por completo su vestido. Y removiendo su panty hacia un costado, estando Matheus erguido sobre sus rodillas, dándole así su primera estocada.

Alice abría su boca provocativamente liberando sus jadeos, sin desviarle la mirada a Matheus.

Él no desprendía ni por ningún instante sus manos de la cadera de Alice. -Acercandola hacia él con todas sus fuerzas. -Empujandola con rapidez y esmero.

Acomodandose ella en las almohadas de la cama y ahogada en deseo.

-Oh...sí...que rico papi...dame más...no te detenga...que rico.

Matheus se contraba en lo mejor de sí, hasta que alguien llama hacia la puerta, con tres simple golpes.

Top...top...top.

Matheus se detiene y se acomoda el pantalón y le pregunta a Alice. -¿Quién esta al otro lado de la puerta?

Y es ahí que Alice lo ataca con una navaja que ocultaba por de bajo de las almohadas, alcanzandolo herir en el cuello.

Matheus retrocede dos pasos hacia atrás, haciendo presión sobre la yugular. -Al mismo tiempo que Alice se incorporaba de pies sobre la cama.

-Nunca debí confiar en ti estúpida.

-Lo lamento mucho cariño, pero estuviste bien en lo que hiciste conmigo en la cama.

-Pudrete, lanzandole la botella de whisky.

Alice desquiba el lanzamiento de Matheus, estrellándose la botella contra la pared.

-Tendrás que hacer algo mucho mejor que eso, para acabar conmigo. -exclamó Alice tras acercarse hacia Matheus, estando él sentado en el piso apoyando su espalda contra la pared, al sentir que perdía el conocimiento.

-¿Por qué? decidiste complicar las cosas mujer.

-Por que necesitaba inhalar algo de cocaína, por eso lo hice estúpido.

-En ese caso espero que la disfrutes estando muerta, por que viva no lo lograras. -sacando Matheus rápidamente de su bolsillo el bisturí que llevaba consigo y clavandolo con furia en el estómago de Alice hasta dejarla sin aliento.

Su mirada fue agonizante al llenarse su garganta de sangre y falleciendo entre los brazos de Matheus. Él también correría el mismo destino, aquél rojo carmesí ya había corrido por todo su cuerpo y no había nada que pudiera hacer para salvarse la vida, hasta que finalmente dio su último suspiro.

MALDITA OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora