Capítulo 21: ¿Acá termina lo nuestro?.

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Sentía su mirada en mí, estaba sintiéndome incómoda y algo molesta al mismo tiempo. Ni siquiera quise mirarlo, sólo seguí dibujando cualquier cosa en mi cuaderno.

Media hora después James entregó su examen, y con el lápiz que tenía sobre la mesa acercó su mano a mi cuaderno y escribió:
"¿Podemos hablar?"
Cerré el cuaderno, ignorándolo. Metí mis manos en los bolsillos de mi sudadera y me quedé pensando mientras miraba hacia la nada.

Había sido bastante estúpida al dejar de hablarle sólo porque Amber me insinuó que tuvo sexo con él, no tenía pruebas, quizá simplemente me quería molestar, como siempre. Y yo le creí.

Mi mente comenzó a sacar conclusiones que podrían ser tanto ciertas como demasiado locas para ser reales.
Pero, si no fuera verdad, ¿Por qué James no intentó antes hablar conmigo?.

Luego de meditarlo todo el resto de la clase, al encontrarme en la cafetería acepté hablar con él cuando insistió sentándose a mi lado con un batido.
Empezó por decir que la insinuación de Amber había sido cierta.
En ese momento me sentí decepcionada, con ganas de salir corriendo de ese lugar para estar sola, pero me resistí a mis impulsos y seguí escuchando.

-Antes de que pienses en dejarme hablando solo, por favor dejame terminar -lo miré, de seguro tenía una expresión de decepción plasmada en mi cara- el día de nuestra cita, volví a mi casa y la encontré metida en mi habitación, ¿Cómo entró?, no tengo idea, pero lo que sucedió lo hice involuntariamente.
Tengo la rara costumbre de llegar a casa y beber agua que tengo en la nevera para mantenerla fría, Amber sabía eso, y le puso algún tipo de droga al agua. Sé que suena estúpido y poco creíble, pero entonces ahí fue cuando llegué a mi habitación y me sentí algo mareado, me tiré en mi cama y cuando estaba cayendo en el sueño, sentí que alguien se ganaba encima de mí, y ahí pasó lo que pasó.

Me quedé en silencio unos segundos, él me miraba esperando respuesta.

-¿Terminaste?.

-Eso creo... -intentó tomar mi mano que se encontraba sobre la mesa, pero inmediatamente la alejé- Emily, por favor perdoname, yo estando consciente no habría sido capaz de hacer eso, lo que menos quiero es hacerte daño, no quiero perderte, eres de las pocas personas importantes en mi vida, por favor.

En ese momento tuve unas inevitables ganas de llorar, cuando mis ojos se volvían llorosos sin pensarlo dejé mis cosas tiradas y salí de ahí lo más rápido posible, entré al bañó y me encerré para soltar las lágrimas que había estado aguantando. Al cabo de diez minutos intentando calmarme salí del baño, y lo primero que vi al salir fue a April retocando su maquillaje. Intenté ignorarla, tomé agua y me lavé la cara, ella se quedó observándome con algo de preocupación en su rostro, pero no se atrevió a hablarme.

Tomé coraje y salí rápidamente de la escuela, afortunadamente nadie me vio, o eso espero.
Llegué a la puerta de mi casa con mucha hambre, busqué las llaves en mis bolsillos, nada. Entonces recordé que mi mochila con mis llaves dentro había quedado en la silla del casino, donde conversé con James.

Podría haber vuelto a buscarla, pero habría sido patético.
Intenté saltar el portón que daba al patio trasero; sólo fracasé en el intento.
Rendida me senté en la entrada de mi casa, por suerte llevaba mi celular y audífonos conmigo, y llegaba algo de señal de WiFi a mi celular.

Un par de horas después estaba cerrando mis ojos lentamente, tenía mucho sueño. La batería de mi celular se había acabado hace aproximadamente una hora y ya no sabía que hacer. Había estado mirando las nubes, haciendo dibujos con una ramita en la tierra, y jugando con los cordones de mis zapatillas.

Hasta que la apuesta nos separe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora