Capítulo 20: Relación de hermanos bipolar.

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Evan

-Bien, ¿Alguna pregunta?.

Levanté la mano.

-¿Si, Jones?.

-¿Puedo ir al baño?.

-Sobre la clase.

-Ah, no -me encogí de hombros- Pero, ¿Puedo ir al baño?.

-No Evan, no.

-¡POR FAVOR, YA NO AGUANTO! -me encogí en mi silla.

-No se puede ir al baño en horario de clases.

-Bueno, para algo deben servir las ventanas.

-¡Bien!, ¡Puedes ir!...¡Y ya cierra esa ventana! -el profesor abrió la puerta malhumorado.

Bajé las escaleras corriendo, realmente iba a explotar.
Vi a Emy corriendo, luego la vi entrar al baño.

Pasé corriendo frente al baño de mujeres, para entrar al de hombres, pero me devolví al verla llorando.

-Emy... -me afirmé en la puerta.

Se sorprendió y secó las lágrimas con la manga de su sudadera- ¿Que haces aquí?.

-¿Por qué estas llorando? -se me estaba haciendo difícil aguantar las ganas de ir al baño.

-Por nada, no importa.

-Bien, esperame aquí, ¡No te muevas!.

Corrí al baño, salí tan rápido que ni siquiera lavé mis manos.
Volví y estaba peor, tenía el maquillaje por toda su cara.

-Ew, luces desagradable.

-Ugh, cállate.

-Ahora dime, qué pasa.

-Ya dije que nada.

-A mi no me puedes mentir, soy tu hermano. Bueno, con la cara que tienes ahora no podrías engañar a nadie -me reí. Y lloró más.

-No, ya, lo siento -entré al baño- ven acá -la abrase- tranquila.

-Tenías razón -su voz sonaba temblorosa.

-Siempre la tengo, no mentira -me separé de ella para mirarla con el ceño fruncido- ¿En que tenía razón?.

-James.

En ese momento, me dieron ganas de molerlo a golpes. Yo sabía que esto pasaría, siempre deja llorando a las chicas, y él sigue con su vida normal, pero esta no sería la ocasión, no soporto ver así a mi hermana.

-No llores más, no vale la pena, ¿Bien? -saqué las lágrimas de su cara con mi pulgar.

Oh esperen, no me había lavado las manos.

-Gracias -forzó una sonrisa.

-Te recomendaría lavarte bien la cara -rasqué mi nuca con una media sonrisa.

-¿Por el maquillaje corrido? -preguntó.

-Oh, si, claro, por el maquillaje -di una media sonrisa.

Lavé mis manos inmediatamente.

-Deberías salir de aquí, te pueden ver.

-Esta bien, luego hablamos más, te esperaré afuera.

Salí y me escondí en el armario del conserje esperándola.

Emy salió diez minutos después, con su cara como nueva, pero con tristeza en ella aún.

Salí del armario y junto a mi salieron dos escobas y productos de limpieza.

Uh oh.

-¡Corre! -antes decir eso Emy ya iba como a cinco metros lejos de mí.

Hasta que la apuesta nos separe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora