Summer Night

Cap. 19

Al llegar a casa fui directa a mi cuarto, necesitaba descansar pues realmente me sentía exhausta. Tome mi toalla y mi celular mientras caminaba hacia la ducha. Mi baño consistía en una ducha corriente, un espejo largo que se abría por la mitad creando unos estantes donde guardar cosas como perfumes, cremas, humectantes, hidratantes, exfoliantes, mascarillas y entre otras cosas, lo que me agradaba era que no se notaban a simple vista esos gabinetes pues estaban escondidos detrás del espejo por lo que podías guardar cualquier cosa ahí. Solo existían cuatro personas que conocían ese escondite, mi papa, mi mama, mi hermano y mi tía. A todos les había hecho prometer que no dirían nada por el meñique. Después del espejo seguía una tina que mi tía había mandado a instalar cuando cumplí 15 años, la verdad era que me encantaba pasarme ahí recostada sintiendo el calor  y la relajación del agua. Justo abajo del espejo habían dos lavamanos con decoración de velas aromáticas, ese detalle lo añadí yo la semana pasada. Me encantaban las velas aromatizadas, le daban un aroma exquisito al ambiente y resaltaban en la decoración del lugar. Y por ultimo al frente de la ducha estaba ubicado el inodoro era sencillo y elegante, era de un color beige y la tapa era dorada. Mi baño era... mi baño. Era casual y descomplicado como también elegante y sofisticado. 

Entre y cerré la puerta para después deshacerme de mis prendas y sumergirme en el agua tibia y el olor a fresas mientras tomaba mi celular y abría la aplicación de leer historias, sinceramente yo no era de leer historias online me gustaban mas los libros en físico pero desde que descubrí esa aplicación sencillamente me encanto. Al principio la había descargado solo por que Amber me la recomendó diciendo "Esta realmente buena, enserio Mandy necesitas tenerla". Entonces yo por simple intriga la descargue, abrí mi cuenta y comencé a leer. Tenia agregados 4 libros en la biblioteca, era una saga y yo ya iba por el libro numero 3 apunto de terminarlo y comenzar con el numero 4, la verdad era que el leer libros de esta manera se volvía bastante adictivo. Me tome mi tiempo en la tina leyendo pues no había nadie en casa asi que no tenia porque apurarme. 

- Fabio no dejes a monica... - le dije al teléfono, en el libro que me estaba leyendo al parecer el protagonista masculino iba a dejar a su novia por haberle sido infiel y toda la historia acabaría con un final abierto listo para comenzar el ultimo libro. Cuando ya estaba por acabar de leer las luces de la casa se apagaron y la puerta de abajo se cerro. Habia alguien dentro de la casa y yo estaba en una tina, desnuda y sin nada para defenderme así que rápidamente salí del baño, me coloque una bata encima dejando el celular en el tocador y tome la primera cosa que encontré. Una lampara, todo un cliché. Abrí la puerta de mi cuarto y me asome al pasillo, no había nadie y todo estaba en silencio lo que lo volvía mas espeluznante. Camine por el pasillo mirando hacia todas partes, no me atrevía a gritar  "Quien esta ahí?" por que primero el desconocido prófugo en mi casa hallaría mi ubicación y segundo por que tenia que llegar a salvo a la cocina para tomar un cuchillo y tener algo que enserio sirva para defenderme, al llegar a las escaleras baje escalón por escalón muy despacio pues estas estaban construidas a base de madera y la madera al pisarla hacia un ruido crujiente. No tenia ni la menor idea de donde se hallaba el ladrón, infiltrado o lo que fuera, ya que podía estar arriba o abajo, podía ser tan ágil que incluso me podía estar observando desde su escondite ideal y al pensar en eso un escalofrió penetrante me recorría la espina dorsal. 

Cuando atravesé la puerta de la cocina, deje la lampara encima del mesón y me acerque hacia el cajón donde guardábamos los cubiertos para poder sacar un cuchillo pero al abrir el cajón me di cuenta de que no había ni un solo cuchillo, me encontraba en un estado de shock y tenia la piel de gallina porque ahora no solo estaba indefensa sino que el prófugo estaba armado, estaba tan distraída que no me di cuenta cuando la lampara de noche de mi cuarto se estrello bruscamente contra el suelo de la cocina. Me voltee hacia el mesón donde la había colocado y observe como los vidrios y cristales estaban esparcidos por el piso.