Capítulo 24

22.2K 2K 1.6K
                                    

Un nuevo amigo nunca está de más

Ninguna palabra salió de su boca, ni un saludo, Harry tenía la puerta entreabierta mirándolos con ojos fríos. 

Liam se aclaró la garganta y habló con algo de nerviosismo.

—Anne me pidió que viniera a...

—Louis los atenderá en la sala— cortó con sequedad, haciéndose a un lado para dejarlos pasar.

Si se sintió mal por la mirada decaída de su mejor amigo por el trato dado, su rostro no lo demostró, sino que Harry sólo los guió en silencio a la sala. Tendría que pedirle a Hanna que continuaran su conversación en su habitación.

Pero antes de llegar a su destino, Liam detuvo su andar tomándolo del brazo para llamar su atención.

—Necesitamos hablar, Harry.

Él sabía que era verdad, que habían muchas cosas que poner sobre la mesa como personas adultas maduras, pero todavía no estaba listo y menos con tanta gente a su alrededor.

(Sí, tres personas adultas eran muchas para él)

—No es momento — respondió con aspereza, haciendo el intento de soltarse.

Esa respuesta no satisfizo a su querido amigo ya que, sin aviso alguno, en un movimiento repentino lo levantó como un costal sobre su hombro. Su primera y única reacción fue patalear y manotear en busca de equilibrio para no caer de cabeza.

—¡Suéltame pedazo de idiota! ¡No puedes venir a mi jodida casa y tratarme así! ¡Que me bajes, mierda!

Tuvo que quedarse quieto cuando Liam comenzó a subir las escaleras, su miedo a caer superó su enojo. Cuando estuvo en terreno plano nuevamente, volvió a tirar patadas, esta vez para golpear a su amigo. Sin embargo, le resultó contraproducente ya que Liam perdió el equilibrio y terminó estrellándose de espaldas contra la pared del pasillo y, en consecuencia, Harry se golpeara la cabeza.

Liam lo bajó.

—Eres un estúpido alfa sin cerebro— se quejó en voz baja, sobándose el lugar donde se había golpeado—. ¿Tienes que actuar como un neandertal?

—Necesitamos hablar— repitió de mala gana.

—No es el momento, viniste aquí por una razón: Cameron — hizo hincapié en lo último para no dejar lugar a dudas—. Si hay tiempo, hablaremos, pero lo importante es el niño, ¿entiendes?

Tal vez estaba siendo un poco duro con Liam, pero todavía seguía resentido con él (ni siquiera iba a intentar negarlo) y justo en ese momento la prioridad era Cameron, cualquier otra cosa podía esperar. Incluso su mejor amigo.

Ya llevaban semanas sin hablar, un poco de tiempo más no le haría daño a nadie.

—Te extraño, Hazza— dijo Liam con derrota, sus hombros estaban caídos y sus ojos lo miraban con tristeza.

Ah, debió haberlo esperado. Liam no estaba dispuesto a rendirse tan fácil.

—De los dos, no fui yo el que dejó de contestar las llamadas y mensajes— reprochó secamente, recargándose en la pared tras él —. No fui yo quien no dijo las cosas de frente. El mensaje fue claro, Payne.

—Cuando me pidió que te encontraras con él no creí que te diría eso— comenzó a explicarse, el arrepentimiento goteando en si voz—. Te vi salir, parecías a punto de derrumbarte pero ni me volteaste a ver cuando te hablé, tampoco contestaste mis llamadas. Pensé que necesitabas tiempo para que se te pasara el enojo porque asumí que tu molestia se debía a que no te había dicho que sería papá. Lo siento.

Who got the power? (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora