Capitulo 7

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CAPITULO 7 💜

-por favor, cierra la llave -me pidió cubriéndose con sus brazos como si eso le sirviera de algo. Me reí de él y de toda su humillante reacción. -por favor
-bueno, supongo que con esta mojada que te diste ya se te bajo la borrachera -lo miré enojada esperando que así fuera, por su propio bien, y cerré la llave. -más te vale que se te baje Justin
-como sea -murmuró aun temblando ligeramente. Me volteé hacia la repisa y tomé una toalla limpia, cuando voltee de nuevo, Justin se levantó del piso y se bajó el pantalón de pijama que traía, quedándose solo con sus boxers mojados y su aspecto de borracho sensual, haciendo que todas mis hormonas bailaran contentas dentro de mi.
Oh... Dios santo ¿por qué me haces esto, Drew? Esos boxers, oh esos santos boxers transparentes... y ahora que están mojados... ay, ya le vi todo. Nunca lo había visto antes así, en todo su esplendor, pero ahora realmente lo estoy viendo perfectamente bien y es...
-deja de mirarme así -murmuró con timidez arrebatándome la toalla y empezando a secarse. Mi cara se puso rojo manzana.
-lo siento... estaré afuera -anuncié y salí de ahí riendo ligeramente. Por suerte estaba borracho y no se acordaría de mi mirada pervertida recorriendo su perfecto cuerpo.

Miré de frente la cama y suspiré cuando los recuerdos empezaron a aparecer en mi mente, uno más feliz que el otro, torturándome.
El mejor recuerdo era de cuando hicimos el amor. El peor de todos era de cuando me fui de ahí y lo besé por ultima vez.
Deseche el triste y concentré mi mente en mi favorito.
Mi respiración se agitó y comencé a temblar deliciosamente.
Sus besos por todo mi cuerpo, sus caricias derritiendo, las palabras que no dejaba de decir, el sentirme completa y llena mientras él...
-ya estoy seco -anunció con voz fuerte y un poco más entendible haciéndome saltar del susto y de culpabilidad por el ritmo que estaban tomando mis pensamientos de mi primera y ultima vez, como si él lo pudiera saber.
-bien por ti -contesté enojada. ¿Por qué demonios me interrumpe? -ahora duérmete
-¿dormir? -repitió incrédulo- no quiero dormir, es...
-no me interesa. Tienes que dormirte, y cuando despiertes con suerte ya estarás normal.... Bueno, normal nunca haz sido...
-pero... -trató de replicar pero yo simplemente negué con la cabeza.
-solo trata de dormir ¿Está bien? Por favor -le pedí cansada. Muriéndome de ganas de que ya estuviera en sus cinco sentidos.
-no quiero
-si no e acuestas me voy a ir de aquí y no volveré nunca -amenacé con los ojos entrecerrados. Obviamente estaba mintiendo, no me iría de ahí incluso si él me lo pedía.
Él me miró un segundo sin decir nada, pensé que iba a renegar de nuevo pero solo asintió hacia mi, como si lo estuviera convenciendo de algo realmente terrible y se subió a la cama.
-acuéstate conmigo -me pidió.
-de acuerdo -acepté después de pensarlo casi medio segundo.
Me quité los zapatos y con mucho esfuerzo con mi panza, pude subirme a la cama y acostarme boca arriba a su lado.
-eres igualita a ella -susurró sin alejar su mirada de mi perfil, y acercándose cada vez más. -igual de hermosa... Demasiado jodidamente perfecta
-¿Tú crees? -pregunté sonriendo como imbécil.
-claro -contestó con voz obvia y acaricio mi nariz de la manera mas tierna- hasta tienen las mismas pecas... Y la misma risa. Pero lamento decirte esto, ella es mejor que tú y mejor que cualquier otra chica.
-tú también eres mejor que cualquier otro chico...
-la extraño mucho ¿sabes? Siempre, a cada maldito minuto de mi maldita vida la extraño. Me estoy volviendo loco y de seguro tú ni siquiera te pareces a ella y solo lo estoy alucinando
-estoy segura de que ella te extraña también -dije con las lagrimas mojando mis mejillas. -Ella te amaba mucho, jamás había amado tanto a alguien como te amó a ti
-ni siquiera me lo recuerdes -gruñó. - Me odio por no haberlo sabido antes, la odio a ella por decírmelo hasta el final.
-p-pero... -tartamudeé y di vuelta para verlo de frente, él tenia los ojos rojos y me veía como si fuera la cosa mas preciosa del mundo. El estomago me dio un vuelco. - Ella solo quería que nada cambiara... En su amistad
-y yo también. Los dos fuimos tan estúpidos -cerró los ojos con coraje y cuando los abrió de nuevo buscó mi mano con la suya para apretarla fuertemente. - Sé que yo también tengo la culpa, yo nunca abrí la boca porque tampoco quería que las cosas cambiaran, creía que ella no me quería de esa manera... Y después me enteré de que me amó todo el jodido tiempo y cuando quise hacer algo ella ya estaba muerta
-¿qué... qué quieres decir? -susurré con mi vista perdida en sus ojos brillosos, con una pequeña esperanza creciendo dentro de mi.
-qué fui un estúpido, qué debí de haber tomado el maldito riesgo y no haber perdido tanto tiempo... Yo sabía que ella iba a irse y debí haberle dicho que la amaba desde el momento en que me di cuenta de eso...
-¿La amabas cómo... cómo amor de verdad o solo...?
-la amo cómo amor de verdad -aclaró con una sonrisa lenta y mi corazón se paralizo- ambos nos amábamos de la misma manera y teníamos los mismo temores... ¿No es gracioso?
-de hecho no lo es, para nada -sollocé con la voz casi inexistente, perdida entre el nudo en mi garganta- debiste haberlo dicho
-ya lo sé, pero ella también debió decírmelo... Demonios, la odio.
-no la odies -rogué casi ahogándome con mi propio llanto.
-la odio y la amo. -se rió y soltó mi mano para colocar la suya sobre mi cadera- Estoy enamorado cómo todo un demente de una chica muerta que nunca me dijo de sus jodidos sentimientos hasta que decidió abandonarme después de haber hecho el amor. Pero la amo tanto que realmente le perdonaría todo si me diera un beso... Si tan solo eso fuera posible.

Real life, Real LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora