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Correr es horrible, correr bajo el sol es horrible ¿Se imaginan correr bajo el sol usando un uniforme de futbol americano? Es una mierda.

El entrenador nos habia gritado que corrieramos diez vueltas a la cancha de futbol como 'calentamiento'. Hermoso calentamiento. Mi lengua pedía agua a gritos. Nunca antes había hecho tanto deporte. Solía quedarme en casa y leer revistas, pero quien sabe, tal vez pueda cambiar mi vida desde ahora.

—¡Hummel!

Voltee al llamado del entrenador y me acerque corriendo hacia el, cegado por el sol y con unas enormes ganas de morir.

—¿Si?—pregunte con la respiración agitada.

—Tenemos un partido en una semana—dijo firme—quiero que juegues, pero tienes que demostrarme que puedes ¿Confió en ti?— alzó la voz y toco mi hombro a lo que asentí seguro—Bien ¡Muchachos! ¡Aquí y ahora! —llamó a los demás.

La gran masa de adolescentes llego corriendo y rodeo al entrenador, sudados, olorosos. Ew.

—Como ya sabrán, tenemos un partido amistoso—hizo una mueca— Con el instituto Dalton, digo amistoso de esa manera—me miró— porque así sea campeonato, broma o reto ¡Debemos ganar! ¿¡Esta bien?!

—¡Si, señor!—gritaron todos y los mire confundido.

—¡¿Ganaremos?!

—¡Si, señor!—esta vez grite con ellos.

—¡Muy bien!—aplaudió energético— ¡Los quiero haciendo la serie de ejercicios numero 25! ¡Cuatro grupos! ¡Girar, saltar, lagartijas, fuerza! ¡Ya ya ya ya!

Al reaccionar ya todos estaban corriendo y haciendo diferentes tipo de ejercicios, me sentí perdido y seguí a Finn que se encontraba en uno de los puestos haciendo lagartijas.

Dudé —¿Que estamos haciendo?—murmure lo bastante fuerte para que me escuchara.

—Al suelo y haz lagartijas—me dijo con la respiración entrecortada.

—¡Hummel al suelo!—gritó el entrenador y rápidamente le obedecí.

Uniformes sucios, corrían y saltaban mientras el entrenador tocaba su silbato y nos daba ordenes. No podía estar más cansado, me costaba respirar y el sol no era de mucha ayuda. El siguiente silbato me obligo a hacer la serie de saltos a lo que corrí hacia el siguiente punto. Mi visión empezó a nublarse y me desequilibre, me sentí caer y choque contra el pasto. Todo se volvió negro.

•••

—Esta bien, solo fue un desmayo—escuche indiferente una voz gruesa de mujer.

Confundido por qué pasaba abrí los ojos y pude ver el techo blanco de la enfermería. Me dolía la cabeza y la luz me fastidiaba así que en el intento de pararme me rendí.

—Miren quien despertó.—era la enferma—Tienes que quedarte ahí, niño bonito—me dijo mientras se sentaba en su escritorio y escribía algo en su reporte.—Tu papá vendrá pronto.—suspiré.

Genial, Kurt. Te desmayaste en tu segundo entrenamiento frente a 30 chicos burlones, peor imposible. No creo que esto del futbol sea lo mío, pero ¿Que pasa si lo dejo? ¿Todos se burlaran de mi por cobarde? ¿Me tiraran granizados lo que resta de la secundaria? Pues yo creo que si y no, no quiero eso. Debo seguir y esforzarme ¿Quien sabe? Tal vez algo bueno salga de esto, ya saben, a parte de ser algo popular.

—Hey, Kurt.

Salí de mis pensamientos ¿Y quien era? El niño lindo.

Popular gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora