Harry Potter One Shots

Lunares | Ron Weasley

La sombra del alto roble se agradecía en aquel día caluroso. Ron se encontraba sentado sobre la hierba con las piernas cruzadas y un pedazo de pergamino doblado por las esquina sobre estas. Se dió unos toques en la cabeza con la pluma mientras pensaba concentrado con los ojos cerrados.

Algunos estudiantes salían de clase en esos momentos, todos con planes de disfrutar de aquella tarde en el jardín. Ron sonrió cuando vio a ___ a lo lejos.

—Hola— dijo ella cuando ya estaba suficientemente cerca como para oírle.
—Hola— respondió.

Apartó unos libros del césped y se sentó al lado del pelirrojo; le agarró del cuello y le plantó un beso en la mejilla.

—Gracias por esperarme— dijo ella sacando una manzana de su bolsa.
—No es nada. Tenía que hacer algunas tareas así que he utilizado este rato.
—¿Esto?— dijo señalando con la mano que tenía libre el pergamino.
—Sí, bueno, es una carta para Adivinación. Se supone que escribiendo sobre alguien importante para ti aprenderemos a deducir como será nuestro futuro con esa persona.
—¡Wow, por una vez suena interesante!, ¿puedo leerla?—
—¡No!— respondió alterado —eh no..., esto solo es un borrador.—
—Es un pergamino muy largo seguro que algo bueno has escrito, puedo ayudarte.— se ofreció ___.
—Esta bien. Pero promete que no te reirás.— se rindió entregándole la carta.
—Nunca.— dijo ella con una sonrisa tranquilizadora. Se colocó entre la piernas de Ron y se recostó sobre su pecho.
—No lo leas en alto.— pidió el nervioso. ____ rió y comenzó a leer.

Profesora Trelawney, no me mal interprete, sigo siendo el Ron que se queda dormido en sus clases, pero por una vez me he interesado por su asignatura...téngalo en cuenta.

No he comprado suficiente tinta para escribir todo lo que pienso y siento a cerca de ella. Cuando nos conocimos supe que era distinta (sueno como las películas muggle). En sus ojos se reflejaba una simpatía que me causaba felicidad aunque el día hubiera sido terrible, esa sensación como cuando no puedes dejar de sonreír. Su voz me daba tranquilidad y todo lo que decía me parecía fascinante, incluso cuando hablaba de exámenes. Cuando ella está al rededor es como si nada pudiera ir mal y todo en la vida fuera perfecto. Es inexplicable.
Aunque no siempre me he sentido así. Y me arrepiento cada día de no haber sabido apreciar su compañía desde el momento que la conocí. Pero tuvo paciencia conmigo, mucha, más de la que nadie ha tenido nunca. Me enseñó a estar orgulloso de mi apellido, de mi color de pelo, de mis orejas sonrojadas; me enseño a querer y a ser querido. Al principio me lo negaba, para mi era tan extraño recibir tanto cariño de alguien que no fuera mi madre, no lo entendía. ¿Por qué? ¿Qué tengo que le guste a alguien como ella? Y son cosas que tras 6 meses juntos me sigo preguntando. Que he hecho yo para merecerla.

—Ronald.
—¿Qué?— dijo suavemente.
—¿Realmente te sientes así?
—Sí. Te quiero ___, más de lo que te puedas imaginar.

Se quedó callada ; Ron la cogió la mano tiernamente.

____ contempló por unos segundos los pequeños lunares repartidos por los dedos del pelirrojo.
—Me haces ser mejor persona.— susurró él antes de dejar un beso en su mano.

-inspirado en un texto de tumblr