Prologo.

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El primer dia del año 2000 en todo el planeta tierra, justo en medio de un eclipse de Luna, una tormenta se desató en distintas partes del mundo.

Exactamente en Brasil, Camboya, Australia, Rusia, Tailandia, Iran y Birmania.

Despues de aquella tormenta, y durante el correr del año, la produccion de diamantes y piedras preciosas crecio un 62%.

Desde las minas de Brasil se extrajo una alta produccion de Crisoberilos, Citrinos, Aguamarinas, Cuarzos de Cristal y Esmeraldas. Toda esta produccion fua a parar a las manos de Eugenio Weish, un millonario diseñador y coleccionista de jollas.

Desde Camboya la produccion de Zircones y Espinelas no fue tan generosa como en Brasil, pero por un inesperado cambio de planes, la produccion fue vendida por un alto precio a Eugenio Weish.

Fue una sorpresa para muchos coleccionistas que Eugenio despilfarrara su gran fortuna en piedras que no fueran Gemas Preciosas, sobre todo cuando hizo un viaje a Australia para asistir a la subasta en la cual pagó una fuerte suma de dinero por Amatistas y Turmalinas.

Al volver de su viaje le llegó por correo un pedido de Ambar desde Rusia y Zafiros azules desde Tailandia.

Poco antes de quedar viudo, su esposa Amelia, le regalo un precioso Rubí directamente traido desde Birmania.

Fue una sorpresa para todos sus trabajadores, cuando en Julio del 2000, Eugenio llego a su fabrica e hizo unos movimientos inesperados.

Eligió, de la caja fuerte, una cantidad exclusiva de piedras para una coleccion especial que le habian encargado.

Con el Zafiro azul, creo un anillo de hombre.

Creo  una medalla especial para gemelos que se dividia en el medio, en el costado izquierdo de oro negro ( un elemento tan poco usual y arriesgado para su trabajo ) coloco un pequeño ambar dorado en forma triangular y en el costado derecho de oro coloco una turmalina negra de forma circular.

Con simples cuentas de vidrio verdes creo una pulcera y en de forma deliverada entre las cuentas de vidrio puso una linda esmeralda del mismo color.

Inspirado en el famoso corazon como simbolo del amor, creo un broche hecho de oro blanco, colocando en el extremo superior derecho una amatista violeta en forma de rombo.

Se le ocurrio que con un poco de tecnologia y suerte podria crear una fina y delicada corona que, con el simple toque en la espinela rosada que estaba hubicada en el centro, se convertia en una hermosa medalla.

Con oro blanco forjo un gruezo brazalete y grabo en el las formas de olas y en medio coloco un zircon gris casi transparente cuadrado.

En un gesto de atrevimiento extremo y con paciencia tejió una tobillera con hilo blanco y verde, y en un arrebato colgo de ella un crisoberilo amarillo.

Con el precioso rubí que su esposa le habia regalado hizo un relicario con grabados geometricos y en el centro la piedra de forma circular.

Segun la persona que habia hecho estos extraños pedidos guardó las piedras sobrantes ( un rectangulo de cuarzo cristal,  un aguamarina y un citrino) para el momento indicado.

Eugenio creia que su cliente era... Extravagante, por no decir extraño, y fue aun mas extraño cuando despues de mucho tiempo le pidio que fuera entregando, uno a uno y en diferentes tiempos, cada una de sus piezas en diferentes partes del mundo.

La primera entrega fue la corona que se transforma en medalla, se la entrego a una joven mujer embarazada.

La segunda entrega fue un hombre pelirrojo que acababa de ser padre de gemelos dias antes.

Tras 4 años de espera, envió el tercer paquete, que contenia el brazalete, a chile. Alli Abel el ultimo descendiente vivo de una  tribu mapuche fue quien lo recibio.

Un año despues, en un viaje a España le regalo a una gitana la pulsera de cuentas de vidrio.

Casi 10 años despues de su creacion, el misterioso cliente volvio a la tienda donde retiro el relicario.

Un importante militar compró, como regalo de cumpleaños a su hija de 13 años, el broche en forma de corazon.

En una confucion por la edad le envio a un muchacho de Hong Kong la tobillera tejida.

En un descuido durante un dia en el que le enseñaba a su hija la fabrica, ella rompio un cuarzo de cristal rectangular que el habia olvidado que poseia, ante su sorpresa su pequeña a escondidas y con ayuda de un trabajador de la fabrica,sujetó las dos mitades exactas en unos aretes, y el conmovido por el gesto se los regalo.

En una exposicion que tuvo en las playas de Brasil, Eugenio encontró a un niño italiano observando su coleccion y en un gesto de bondad le regaló al niño el pequeño citrino que tanto admiraba.

En otra exposicion un barco que navegaba en el mar de La Meca se le calló una gran variedad piedras al mar, entre ellas habia una pequeñ aguamarina.

Diamante NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora