Capitulo 30: Furia.

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-Necesito hablar contigo- fue lo primero que Matt dijo cuando el muchacho abrió la puerta, entró sin pedir permiso a su habitación.

-Si claro, pasa- respondió sarcástico.

Si existía algo que Tobby no tenia, era tolerancia para con los de mas.

-Voy a ir al grano porque quiero ser claro- aunque se notaba que estaba furioso Tobby asintió incitándolo a hablar- termina esto, corta esta actitud tan prepotente. No pediste ser esto, estas frustrado y enojado, todos lo entendemos y sabemos perfectamente por lo que estas pasando, pero sobre todo Elena te entiende, ella pasó los últimos seis años de su vida en este lugar, tu eres una de las pocas personas que ella ama incondicionalmente y le das un trato completamente nefasto y ella amigo, se merece todo tu respeto y tu admiración...-

-Esto no es tu asunto- intentó interrumpirlo pero Matt había comenzado a hablar y una vez que algo se le ponía en mente no paraba hasta lograr su objetivo, fue por eso que lo ignoró completamente.

-... Tu hermana esta pasando por un mal momento, ella sufre, en los tres últimos dias ella no ha probado bocado y se pasa todas las noches llorando y tu la ignoras. No te preocupas por su salud, en el ultimo año se arriesgó muchísimas veces solo para ir a visitarte cuando aun vivías con tus padres. Elena esta pasando por una especie de bloqueo, no puede usar sus poderes y eso la esta enfermando a ella y a su piedra, esta perdiendo el brillo ¿Alguien te dijo lo que pasa cuando la gema de un guardián deja de brillar?- por primera vez abandono su fachada de rebelde y negó con la cabeza- pues es hora de que madures un poco y dejes de lado ese estúpido rencor porque luego podría ser tarde- sin importar la respuesta que Tobby pudiera darle salió de allí ignorándolo por completo, al igual que al resto de sus amigos que habían estado escuchando aquella conversación.

Matt pasó de largo por el pasillo ignorando los llamados de Crista, ignoró a Joshua cuando pasó por la cocina y salió al patio, se fue directo al viejo cobertizo de herramientas, donde descansaba el cuerpo del Marín. Tenían una fotografía, pero hasta el momento, no sabían sí darle santa sepultura o incinerar el cadaver. Nadie se había atrevido a tomar una decisión.

Se puso el cuerpo, dentro de una bolsa negra de la morgue que Joshua había conseguido al hombro, salió al exterior, ante la mirada de todos. 

Estas, eran actitudes de Elena, no suyas y lo sabia.

Rodeó la casa, y en un jardín donde nunca iba nadie, dejó el cadaver en el suelo antes de ir de vuelta al cobertizo por una pala. Al volver, comenzó a cavar.

Luego de una hora había arrojado su camiseta a un arbusto, dos horas despues ya estaba completamente sudado y su furia aun no se iba. Podría haberle pedido ayuda a quien sea que controlara la tierra, pero en cierta forma se sentía irrespetuoso, menos humano. 

Empujó el cadaver al hoyo y comenzó a cubrirlo de tierra. Al terminar, se inclinó un momento a pedirle disculpas, por su innecesaria muerte en una guerra que le era ajena.

Aquello tampoco lo hizo sentir mejor.

 Pateo el pequeño arbusto donde había caído la camiseta, igual de frustrado como había llegado tomo su camiseta del suelo y volvió a la casa.

Cuando pasó por la cocina Tina acompañaba a Joshua mientras preparaban la cena, en el comedor Hayato y Makena estaban jugando a las escondidas con Phoenix y subió a su habitación ignorando su invitación a jugar.

 Cuando llegó a su cuartó cerró la puerta con fuerza y esta rebotó sin cerrarse completamente, volvió a cerrarla lentamente pero con fuerza provocando un gran ruido, tiró la camiseta sin cuidado en el piso y se fue directo al bañó a abrir la llave de agua. Estaba cubierto de sudor, tierra y unas cuantas lagrimas de frustración que se le habían escapado.

Diamante NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora